Andrés Franco

Hay una relación directa entre mayor burocracia y mayor corrupción, así lo demuestran las cifras, aseguró Andrés Franco al argumentar la necesidad de seguir reduciendo la tramitología que se ha instalado en el país y que, dijo, no permite que los proyectos fluyan.

Pero advirtió que se ha detectado que muchas veces los intentos de adelgazar la burocracia se estrellan contra procedimientos más bien internos de diversas instituciones reflejados en los Textos Únicos de Procedimientos Administrativos (TUPAs).

“La ley reduce pero internamente los TUPAS incrementan los procedimientos. Eso hace que se encarezcan las posibilidades y los tiempos para conseguir un permiso y evidentemente los costos de financiamiento se hacen más elevados. En conclusión, lo hacen más difíciles”, dijo.

Aseguró que es por esto que no cree en la “ventanilla única”, sino en procedimientos únicos que hagan más atractivo el sector para la inversión.

“Creo que los permisos tienen que ser bajo un solo formato de procedimiento, no de ventanilla única. No quiero que las cosas pasen por diversos sitios, sino que los funcionarios tengan más estabilidad, porque si ya conoce el proceso, ya aprendió, entonces ¿para qué cambiarlo?”, afirmó.

Comentó además que a lo largo de los procesos burocráticos que le ha tocado realizar ha encontrado funcionarios que no conocen el sector y que buscan ponerle peros a cualquier solicitud para justificar su actividad.

Hizo hincapié en las consecuencias que trae la corrupción, que van más allá de los procesos y las denuncias.

“Uno sale a pedir fondos y le preguntan qué tal tu país y no puedo decir que es una maravilla porque las noticias son evidentes y eso obviamente hace que las cosas sean más complejas. Y si me preguntan cuánto tiempo demorará sacar el permiso para determinada cosa y yo digo que de acuerdo a ley puede ser 6 meses, pero de acuerdo a la experiencia será año y medio, es increíble”, dijo.

Sobre la conflictividad social, afirmó que era necesario que las firmas den alternativas y opciones a las comunidades aledañas para que no dependan de la actividad minera.

Dijo que Bear Creek ha desarrollado varias iniciativas para el distrito en el que opera en Puno, que es uno de los 20 más pobres del país. “Creamos un centro de investigación, impulsamos la confección de ropa inteligente en base a plata, bloqueador solar en base a ichu, cerveza de glaciar, en fin, todas actividades vinculadas a la capacidad competitiva de la zona”, afirmó.

“Empezamos a generar alternativas y opciones que se han convertido en empresa”, aseguró y explicó que eso también ha ayudado a que la comunidad entienda que no es fácil obtener permisos para formalizar sus actividades, sobre todo cuando se trata de exportar sus productos.
Pero resaltó que ninguna iniciativa, por más creativa que sea, tendrá éxito si es que no tiene apoyo del Estado. “Necesitamos que sea más activo, porque nos ha dejado todo el papel a nosotros. En esto somos tres, un trípode: Empresa, comunidad y Estado, y sin él ese trípode se caerá en cualquier momento”.

Franco lamentó que el Viceministerio de Gobernanza Territorial, que había generado expectativas en el sector, no haya brindado el acompañamiento esperado. “No lo hemos visto, no hemos tenido la oportunidad siquiera de conocerlo, ni una reunión”.

Para él la proximidad de las elecciones regionales genera incertidumbre, por lo que cree que será un periodo más bien de silencio entre las firmas.

“Cuando es año electoral trata de no llamar la atención o no hagas mucha bulla. Si uno es político y dice: voy a quejarme del agua, del saneamiento, o de cualquier cosa que ocurra, pero nadie me va a hacer caso; pero si hablo de la minería, ahí sí los medios de comunicación me van a tomar en cuenta”, refirió.

En el plano internacional el panorama es alentador, resaltó. La recuperación de los precios de los metales, los costos de la energía siguen siendo competitivos, las tasas internas de retorno y el flujo de caja lucen más atractivos y eso da cierta esperanza, concluyó.