Redacción Gestión

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(Reuters).- El primer ministro de Grecia, , rechazó las advertencias europeas de que los griegos estarán decidiendo sobre su futuro en la zona euro en el referendo del domingo.

Asimismo, aseguró que las negociaciones con los acreedores internacionales en busca de un acuerdo mejor seguirán tras la votación.

En un discurso televisado a la nación, Tsipras dijo que un reporte del Fondo Monetario Internacional, que aseguró que la enorme deuda del país no es sostenible sin quitas significativas, justifica su consejo de rechazar las condiciones de los acreedores.

Repitiendo sus críticas contra sus socios europeos, a los que acusó de chantaje y de enviar ultimatums a Grecia, el líder izquierdista pidió calma antes de la consulta, mientras dos sondeos mostraban que el "Sí" y el "No" están igualados.

"Lo que está en juego el domingo no es la permanencia de Grecia en Europa, sino si el chantaje nos obligará a aceptar la continuación de una política que los mismos prestamistas reconocen que es un callejón sin salida", dijo.

"Lo que está en juego el domingo es si daremos consentimiento a la muerte lenta de la economía", agregó.

Los líderes políticos europeos lanzaron más advertencias sobre los costos de un triunfo del "No" en un plebiscito hace apenas ocho días, tras el fracaso de las negociaciones con la Comisión Europea, el y el .

El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, rechazaron la versión de Tsipras de que su gobierno será capaz de moverse rápidamente para negociar condiciones más favorables si los griegos apoyan su rechazo.

"Si los griegos votan 'No', la posición griega se debilitará dramáticamente", dijo Juncker en una conferencia de prensa.

Schaeuble, una figura odiada por los opositores a las políticas de austeridad en Grecia, afirmó al diario Bild que "Grecia necesita reformas, pero ahora ya lo sé: serían unas negociaciones muy difíciles".

Alto riesgo

Tsipras está apostando a que Europa se comprometerá y no dejará que Grecia salga de la zona euro, incluso aunque los líderes continentales aseguren que votar por el "No" equivaldría a respaldar su salida del bloque monetario.

Pero detrás de la retórica hubo señales más concretas de la presión que Europa puede ejercer sobre Grecia.

El fondo de rescate de la zona euro, que es el mayor acreedor de Grecia, anunció que se reserva el derecho de reclamar el pago de toda la deuda de 130,900 millones de euros antes de lo programado, después de que Atenas incumplió esta semana con un desembolso al FMI.

Una encuesta del respetado instituto ALCO, publicada el viernes por el diario Ethnos, indicó que la opción "Sí" tiene un 44.8% de apoyo, frente al 44.3% del "No". Sin embargo, la ventaja está dentro del margen de error del estudio, de 3.1 puntos porcentuales, y un 11.8% de los entrevistados dijeron que aún no se deciden.

Otro sondeo para el periódico Agvi colocó al "No" algo por delante con un 43%, frente al 42.5% por el "Sí", con un 9% indeciso.

Dado el volátil ánimo público y varios resultados electorales que terminaron siendo contrarios a los sondeos de opinión, el resultado está abierto de facto.

Tras una semana en la que los bancos del país estuvieron cerrados, se racionaron los retiros de dinero y el comercio se paralizó, la votación podría decidir si Grecia recibe otro rescate financiero de último recurso a cambio de más medidas de austeridad o si se hunde más en la crisis económica.

Los opositores a Tsipras destacaron que el referendo es sobre un acuerdo que ya no está sobre la mesa y le acusaron de poner en peligro el futuro del país.

La campaña del "No" dirigió gran parte de sus dardos contra Alemania, el poder dominante de la zona euro y mayor acreedor de Grecia. Un cartel colocado en las calles muestra a Schaeuble con el eslogan: "Ha estado chupando tu sangre durante cinco años. Dile NO ahora".