En los últimos años en el Perú se ha observado un crecimiento acelerado en el acceso de internet y la pandemia del COVID-19 ha contribuido a esa expansión en el último año.
Un informe realizado por el Ministerio de Transporte y Comunicaciones (MTC) señala que dicho crecimiento se observa desde el año 2011, cuando apenas el 16.4% de hogares peruanos contaban con acceso al servicio de internet. Para el año 2020 un 44.2% de hogares cuentan con acceso a internet, en tanto el 55.8% aún no acceden a dicha red.
Al respecto, el CEO de DN Consultores, Carlos Huamán, señaló que se debe aspirar a que más peruanos usen internet para diversas actividades, más aún si se tiene en cuenta que en los próximos tres años se contará en el país con la tecnología 5G.
“Entonces debemos preparar el terreno para que los usuarios cada vez, no solo usemos más internet, sino, usemos mejor el internet”, sostuvo a Gestión.pe.
Según indicó, se debe diferenciar el acceso a internet que tienen los hogares peruanos frente al uso de internet. Explica que el acceso a internet se refiere a la persona que tiene internet hogar o el internet móvil -y el cual ahora se ubica en 44.2%-; mientras que el uso de internet se refiere a la persona que si bien no tiene acceso de internet en su hogar, sí lo usa en el colegio o el trabajo.
En este último punto precisa que, según cifras del INEI, el porcentaje de peruanos que usa internet se elevó de 57% en el 2019 a 70% en el 2020. De igual manera, detalló que en el 2020 el servicio de internet fijo creció en 14.4% respecto al 2019, según cifras de Osiptel.
En esa línea, indicó que para impulsar tanto el acceso a internet como su uso hace falta dos componentes que nacen desde la oferta y la demanda. Por el lado de la oferta señala que hace falta una mayor existencia de redes, es decir, que los operadores puedan ofrecer el servicio.
“Para ofrecer el servicio se requiere una red para distribuirlo en los hogares, entonces hace falta más infraestructura de antenas y fibra óptica. Internet para el servicio de internet móvil y fibra óptica para el servicio de internet hogar“, apuntó.
Al respecto, también recordó que según cifras de Osiptel, al año 2025 el Perú necesitaría contar con 60,771 estaciones bases celulares (antenas) de tal forma que la red pueda soportar el incremento de tráfico de los servicios de Internet móvil e Internet fijo inalámbrico.
Trabas municipales, el primer factor
Partiendo de este escenario, el especialista dijo que existen tres factores que restringen el acceso a internet a los hogares que aún no lo tienen y que deberían mejorar.
El primero de ellos son las barreras que imponen las municipales para la implementación de las antenas. Según indicó, existe la idea que las antenas tienen efecto nocivos para la salud de la personas, sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido informes en el que descartan que ello sea posible.
“Además, técnicamente la potencia de energía que emanan las antenas está por debajo de lo que se requeriría para generar un impacto en la salud del ser humano”, apuntó.
Pese a ello, indicó que muchas municipalidades restringen el despliegue de antenas aún cuando existen normativas para regularlas. Detalla que si bien el temor a los efectos en la salud es un primer motivo, el segundo responde a que las antenas tienen una apariencia visual poco atractiva y no se permite la instalación de las mismas.
“Pero eso también tiene solución, a través de la mimetización, en el que se oculta la antena para que no sea tan visual y no genere ningún impacto. A pesar de ello, sea por esta u otras, se imponen restricciones. Las municipalidades siempre recurren al argumento de la autonomía municipal a pesar que el Indecopi ha emitido sentencias donde declara que son barreras burocráticas estas restricciones respecto a la implementación de las antenas”, dijo Huamán al precisar que similar dificultad se presenta en la implementación de redes de fibra óptica.
El segundo factor está referida a las restricciones regulatorias de Osiptel. Según indica, este regulador impone una serie de regulaciones relacionadas con el despliegue que muchas veces no tienen que ver con lo que a los usuarios les interesa en cuanto a la calidad de red.
A modo de ejemplo, indicó que la regulación de calidad de Osiptel impone una sanción y una posterior multa a los operadores si es que un mensaje de texto (sms) llega al destinatario en un tiempo mayor al que la regulación exige. “Eso sucede cuando el usuario ahora no envía sms”, apuntó.
El tercer punto que restringe el acceso a internet responde al alto nivel de competitividad que existe en este mercado. Según indica, ante esta alta competitividad, la capacidad financiera de los operadores se ha deteriorado.
“Ya no pueden invertir tanto como antes porque la competencia, como en todo negocio, determina que la rentabilidad se reduzca y por lo tanto el flujos de caja se reduzcan. Esto significa que es necesario pensar en fuente de financiamiento alternativos”, apuntó.
Señaló que el MTC cuenta con fondos que recauda de los operadores y consideró que estos, en lugar de invertirlos en proyectos que demandan mucho tiempo -de 3 a 5 años- en implementarlos, deberían ser liberados para ser usados por los mismos operadores en la expansión de la infraestructura,
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