Las bodegas de la esquina se encuentran a corta distancia de muchas viviendas, permanecen abiertas hasta tarde y como son relativamente pequeñas, los clientes no tienen que quedarse dentro de ellas demasiado tiempo. Además, ya no venden únicamente artículos de primera necesidad, como leche, cerveza y golosinas.
También ofrecen otros servicios, desde la recarga de bicicletas electrónicas, en Corea del Sur, hasta la realización de pagos por compras online, en México. En el papel, este avance las hace perfectamente adecuadas para la pandemia, ¿pero sucede así en la práctica?
Antes de la aparición del COVID-19, las tiendas de conveniencia conformaban un paquete mixto. Algunas se beneficiaron gracias a los atareados estilos de vida, la reducción del número de miembros de los hogares y el envejecimiento de la población, que hicieron posible que las personas compren poco, con más frecuencia y en su zona de residencia.
En Corea del Sur, estos establecimientos fueron las únicas tiendas físicas cuyas ventas aumentaron el 2019. OXXO, cadena mexicana con más de 20,000 locales América Latina, reportó ventas por US$ 8,700 millones el año pasado, 10% más que el 2018. Minimarts, que mayormente opera bajo franquicias, ha estado abriendo tiendas en China, India y Tailandia.
Pero en otros lugares, las tiendas de conveniencia han estado enfrentando dificultades. En Japón, donde están las tres cadenas más grandes del mundo, ha estado en un claro declive. El precio de la acción de Seven & i Holdings, la gigante propietaria de la marca 7-Eleven y que representa un tercio de los US$ 360,000 millones de los ingresos globales del sector, se ha reducido alrededor de 30% los últimos dos años, debido a que los inversionistas dejaron de interesarse ante el saturado mercado doméstico de la compañía.
Sus dos rivales japonesas, FamilyMart y Lawson, también han estado rezagadas. En muchos países, los supermercados han estado invadiendo el territorio tradicional de las tiendas. En setiembre, la cadena británica de supermercados Asda (subsidiaria de la estadounidense Walmart) lanzó Asda on the Move, sumándose a las cadenas similares Tesco Express y Sainsbury’s Local.
A pesar del potencial impulso de la pandemia, el desempeño de las tiendas de conveniencia también ha sido desigual. En China, el valor promedio de las transacciones en esos establecimientos se incrementó 120% en el momento álgido de la pandemia, y ha permanecido alto.
En Reino Unido, el conglomerado minorista Co-operative Group declaró que sus ventas crecieron 8% en la primera mitad del año, respecto del mismo periodo del 2019, hasta £ 5,800 millones (US$ 7,600 millones), gracias a sus minimercados Co-op y Nisa.
Sin embargo, Seven & i reportó una disminución de 12% en sus utilidades operativas para el periodo junio-agosto. Por su parte, FamilyMart registró pérdidas en el tercer trimestre y la propietaria de OXXO, Femsa, también presenta cifras en rojo este año.
Aunque algunos hábitos de compra provocados por la pandemia juegan a favor de las tiendas de conveniencia, otros no. Empresas rivales están ofreciendo los mismos bienes por menos precios y los entregan en el domicilio del cliente, a menudo dentro de una o dos horas de realizada la adquisición.
Por ejemplo, Deliveroo, una app británica de delivery de alimentos (parcialmente propiedad de Amazon), también transporta licor desde supermercados. En agosto, la empresa estadounidense de reparto de comida preparada DoorDash, que se asoció con 7-Eleven a inicios de la pandemia, lanzó su propio servicio virtual, DashMart.
Para esquivar a sus rivales, las tiendas deben evolucionar a la par de las cambiantes ideas que los compradores tienen de la conveniencia, sostiene Amanda Bourlier, jefa de Retailing de la investigadora de mercados Euromonitor International. La cadena estadounidense Wawa ha abierto tiendas de atención al auto y otra, Casey’s, ha reportado un incremento en sus ventas digitales.
Tiendas en Corea del Sur y Japón, que afrontan escasez de trabajadores, están considerando la idea de implementar pagos automatizados. En Estados Unidos, 7-Eleven ya realiza entregas a casas de pedidos realizados online, así como a espacios públicos como parques.
Pero su propietaria también ha adquirido Speedway, una cadena estadounidense de grifos, por US$ 21,000 millones. Esta operación añade 3,900 establecimientos a los aproximadamente 9,000 de 7-Eleven en dicho país -y alrededor de 70,000 globalmente-. Es una gran apuesta prever que los autos a gasolina no desaparecerán pronto, ni tampoco las tiendas de conveniencia.