Redacción Gestión

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Lima (Andina).- El directorio del Banco Central de Reserva (BCR) mantuvo la de la política monetaria en 4.25%, por décimo sétimo mes consecutivo, en el marco de la aprobación de su Programa Monetario de Octubre del 2012.

En mayo del 2010 el BCR subió dicha tasa de 1.25 a 1.50%, en junio de 1.50 a 1.75%, en julio de 1.75 a 2%, en agosto de dos a 2.50 por ciento, en setiembre de 2.50 a 3%, y entre octubre y diciembre de ese año la mantuvo en 3%.

A partir de enero del 2011 la elevó en 0.25 puntos básicos cada mes hasta mayo, y la mantiene estable desde junio del año pasado en 4.25%.

Dijo que esta decisión obedece a que el ha reflejado factores temporales del lado de la oferta, en un entorno interno caracterizado por un crecimiento económico cercano a su potencial, y en uno externo con incertidumbre en los mercados financieros internacionales, menores términos de intercambio y perspectivas de un menor crecimiento de las economías desarrolladas y emergentes.

Agregó que el directorio del BCR se encuentra atento a la proyección de la inflación y sus determinantes para considerar ajustes futuros en los instrumentos de política monetaria.

Recordó que , mayor a la de agosto principalmente por los incrementos en los precios de los alimentos perecibles, afectados por condiciones climáticas domésticas adversas. Con este resultado, la inflación de los últimos 12 meses pasó de 3.53% en agosto a 3.74% en setiembre.

La tasa de inflación subyacente de setiembre fue 0.19%, con lo que acumula una tasa de 3.47% en los últimos 12 meses, menor a la del mes anterior. La inflación sin alimentos y energía fue casi nula (-0.04%), con una variación en los últimos 12 meses de 2.14%.

Indicó que en setiembre condiciones de oferta local desfavorables en productos perecibles como la papa y algunos cítricos continuaron afectando la inflación.

A pesar de estos factores, se estima una convergencia gradual de la inflación al rango meta en los próximos meses.

Algunos indicadores actuales y adelantados de actividad muestran que el crecimiento de la economía se ha estabilizado alrededor de su nivel sostenible de largo plazo, aunque los indicadores vinculados al mercado externo muestran un desempeño débil.

Por otro lado, los indicadores de la economía mundial muestran que se ha acentuado la incertidumbre sobre el ritmo de crecimiento de la actividad económica global.