Redacción Gestión

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afirmó que mientras que otros países de la región, y del mundo, cuentan con un sistema eficiente de donación de alimentos hace varios años, en el Perú los supermercados aún desechan más de S/. 300 millones anuales en estos productos por la falta de un marco legal adecuado.

Explicó que la legislación vigente en el Perú obliga a las empresas a destruir o desechar productos alimenticios que están próximos a vencer o que tienen algún defecto en su presentación o envase (en buen estado, pero cuya comercialización es inviable), frente a un notario público, para poder descontar como gasto el costo de estos productos.

Estos alimentos, entre los que figuran las frutas, verduras, leche, pan, fideos, entre otros, que han perdido el valor comercial para la empresa pero que conservan sus condiciones alimentarias, en muchos otros países son aprovechados por instituciones sin fines de lucro que los distribuyen de forma gratuita entre personas de escasos recursos.

Esto gracias a que los propios gobiernos se encargaron de elaborar un marco normativo adecuado que fomente la donación de alimentos perecibles y no perecibles, a fin de evitar que sean desechados.

ExperienciasPor ejemplo, Chile cuenta desde el 2010, con un marco legal que le otorga a las empresas elaboradoras, importadoras, distribuidoras y comercializadoras de alimentos, la opción de deshacerse de sus mermas a través de la donación a establecimientos sin fines de lucro, obteniendo además por ello beneficios tributarios (Circular N.° 54 del 2 de octubre del 2009).

Bajo este marco, se crea en Chile lo que se conoce como "Red de Alimentos", una fundación dedicada al rescate y distribución de comida (que copia el modelo de banco de alimentos de Estados Unidos creado hace 50 años bajo la denominada Ley del Buen Samaritano), cuyo promedio de entrega es de 3,000 toneladas de productos alimenticios al año.

Así, entre sus principales socios estratégicos se encuentran grandes cadenas como Walmart y Nestlé; y entre sus principales colaboradores, empresas como Pepsico, Jumbo, Santa Isabel, entre muchas otras. Esto le ha permitido contar con 119 organizaciones solidarias como beneficiarios y alcanzar directamente a 49,597 personas en situación de vulnerabilidad.

Lo mismo sucede en México, que posee un banco de alimentos que opera desde 1995 y que rescató, solo en el 2014, 117,095 toneladas de alimentos 100% aptos para consumo humano, lo que benefició a 1.1 millones de mexicanos.

Esto gracias a que, en lo que respecta a la donación de alimentos, su legislación no solo permite su deducción para efectos del Impuesto a la Renta y del Impuesto al Valor Agregado, sino que, además, otorga a las empresas un estímulo fiscal del 5%.

ComexPerú subrayó que, adicionalmente, la normativa obliga a ofrecer en donación, a entidades asistenciales autorizadas, la mercancía que perdió valor, antes de destruirla, de lo contrario no le permiten deducirla de sus inventarios (Código Fiscal de la Federación, artículo 32-F). Exactamente lo contrario a lo que sucede en el Perú.

Para ello, el Servicio de Administración Tributaria de México ha puesto a disposición de los contribuyentes una herramienta informática de acceso público que permite la consulta, registro y seguimiento de la donación de mercancías, de manera que sea un procedimiento eficiente, ágil y transparente.

Gracias a ello, el Banco de Alimentos de México cuenta con más de 4,000 empresas donadoras a nivel nacional, entre las que se encuentran, por ejemplo, Walmart, Chedraui y Soriana, principales cadenas de supermercados.

PerúPara que el Perú pueda corregir este atraso normativo en beneficio de miles de peruanos vulnerables, y alinearse con el resto de países desarrollados en esta materia, de manera que evite que las empresas continúen desechando alimentos que pueden ser donados, se requiere aprobar un proyecto de ley que permita registrar como gasto deducible del Impuesto a la Renta el 100% de las donaciones de alimentos que realicen las empresas.

También consideró que se debe eliminar la obligación de gravar con el Impuesto General a las Ventas (IGV) las donaciones de alimentos que se realicen, tanto para las productoras y comercializadoras, como para los que prestan servicios de distribución.

De igual manera, es necesario potenciar y empoderar el Banco de Alimentos de Perú, organización sin fines de lucro que existe como tal desde finales del 2013.

Esto como primer paso, porque luego podrían incorporarse otros bienes, como los destinados a la salud e higiene, electrodomésticos, de construcción, entre otros, que también se desechan, pero que a su vez podrían ser donados a poblaciones vulnerables, manifestó el gremio empresarial.

ComexPerú consideró que este es un punto muy importante que aún está pendiente en la agenda del Gobierno.

"Antes de seguir creando programas sociales basados en el subsidio directo, enfoquémonos primero en eliminar las ineficiencias que existen en el mercado y cuya solución pasa únicamente por un cambio legislativo. La pelota está en cancha del Gobierno", subrayó.