Al realizar la incautación se detectó que parte de las laptops habían sido retiradas irregularmente del depósito temporal y reemplazadas por otro tipo de productos. (Foto: Referencial)
Al realizar la incautación se detectó que parte de las laptops habían sido retiradas irregularmente del depósito temporal y reemplazadas por otro tipo de productos. (Foto: Referencial)

Un grupo de cinco empresarios fue condenado por la Corte Superior de Lima a 6 años de prisión efectiva por el delito de contrabando y tráfico de mercancías restringidas, tras una intervención e investigación realizada por el Ministerio Público del Callao y la .

La entidad tributaria informó que en el año 2013 los oficiales de Aduanas de la Sunat detectaron un supuesto cargamento de suplementos vitamínicos y computadoras portátiles, sin embargo, la mercadería restringida no contaba con la documentación que justificaba su ingreso al país.

Ante ello, el lote de productos -importado por la agencia Orbecargo Perú SAC- fue inmovilizado y cuando se procedió a realizar la incautación respectiva se detectó que parte de las laptops habían sido retiradas irregularmente del depósito temporal y reemplazadas por otro tipo de productos, que incluso eran inservibles, pretendiendo burlar las acciones de control.

“Ante estas evidencias, se denunció penalmente a cinco gerentes y encargados de las áreas de importaciones de las empresas Orbecargo Perú SAC, DTECH SAC, MF Computer SAC, Laptop Shangai SAC y Shangai Negocios SAC, vinculados al presunto delito de contrabando”, detalló la Sunat.

El Primer Juzgado Penal con Subespecialidad en Delitos Aduaneros, Tributarios, Propiedad Intelectual y Ambiental condenó a los 5 empresarios, que incluso deberán pagar una indemnización de US$ 1,289,235 en favor del Estado debido al perjuicio fiscal y los impuestos que se dejaron de pagar al importar y comercializar las computadoras portátiles.

Durante el proceso judicial, el Segundo Despacho de la Fiscalía Provincial Penal Especializada en Delitos Aduaneros y Contra la Propiedad Intelectual del Callao comprobó que los directivos de las empresas estaban coludidos y se habían encargado de sustraer el cargamento de laptops para comercializarlos en diversas galerías especializadas en productos tecnológicos y tiendas de la capital, compitiendo deslealmente contra las empresas formales.


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