(Foto: Andina)
(Foto: Andina)

La pandemia de COVID-19, las restricciones de actividades implementadas para mitigarla y el deterioro de la economía peruana afectaron considerablemente al mercado laboral el año pasado, al restringir la capacidad de encontrar empleos adecuados. Esto se apreció en la severa contracción a los 14′901,782 puestos de trabajo, significando el valor más bajo registrado durante la década pasada, de acuerdo con la .

El último semanario de da cuenta que esta situación fue acompañada por una expansión de la tasa de desempleo que alcanzó un 7.4%, el mayor valor registrado desde 2004, y un aumento de la tasa de informalidad al 75.3%, el máximo de la década pasada.

Lamentablemente, inclusive aquellos que lograron mantenerse empleados o comenzaron vínculos laborales resultaron perjudicados, pues el salario mensual promedio a nivel nacional disminuyó a S/ 1,258 el año pasado, lo que significó una contracción del 12.8% respecto de los S/ 1,443 registrados en 2019.

Existe -igualmente- una proporción considerable de peruanos que recibieron, en promedio, salarios equivalentes como máximo a la remuneración mínima vital (RMV) que es de S/ 930, pues carecen de la instrucción necesaria para acceder a empleos mejor remunerados o no encuentran mejores oportunidades laborales.

De acuerdo con la , esta fue la realidad para aproximadamente el 58.4% de los trabajadores a nivel nacional el año pasado, es decir, un total de 8′702,605 personas recibieron un salario mensual equivalente como máximo a la RMV (S/ 930), es decir, que seis de cada 10 trabajadores recibieron un sueldo mensual menor o igual a S/ 930 el 2020.

Si bien se registró una mayor incidencia por las condiciones desfavorables provocadas por la pandemia, es importante reconocer que, durante los últimos años, casi la mitad de los trabajadores se encuentra en la misma situación, pues en 2019 se registró un 49% de empleados en aquella condición e, inclusive, antes del aumento de la RMV, la proporción ascendía al 48.1% en 2017.

Además, también resalta que la incidencia de bajos niveles salariales se agudiza en el sector informal, donde la proporción supera el 60% y alcanzó un 73.6% en 2020, aunque en el formal no deja de ser significativo al situarse en alrededor de un 8% en años previos y un 11.8% durante la pandemia.

El gremio agrega que desafortunadamente, esta situación se agrava en diez departamentos donde más del 70% de los trabajadores del año pasado recibieron un salario promedio mensual menor o igual a la RMV (S/ 930): Amazonas, Apurímac, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Pasco, Puno y San Martín.

El peor resultado perteneció a Huancavelica, donde el 87.3% de sus trabajadores, un total de 245,096 casos, laboraron en dicha condición, aunque esto no sorprende al considerar que el salario promedio del departamento alcanzó apenas los S/ 647, lo que significa una reducción del 12.9% respecto de los S/ 742 registrados en 2019.

Seguidamente, se ubicó Cajamarca con una incidencia del 81.6% (692,320 trabajadores) y un salario promedio mensual de S/ 832, mientras que Puno ocupó el tercer lugar, con una proporción del 78.8% (627,243 casos) y un promedio salarial de S/ 798.

“Esto es relevante porque elevados valores de la RMV para la realidad nacional, sumados a onerosas exigencias para la formalidad -que llegan a suponer costos laborales adicionales equivalentes al 45.97% de las remuneraciones otorgadas a los trabajadores, según el (MTPE), lo que sitúa a nuestro país como uno de los más exigentes en esta materia en la región América Latina y el Caribe, según el- suponen limitaciones para la creación de empleos adecuados”, añadió Comex.

Esto -subrayó- porque cargas regulatorias más elevadas se traducen en mayores incentivos para pertenecer al sector informal, lo que priva de condiciones de trabajo dignas para los trabajadores al sacrificar pensiones, seguros de salud, entre otros beneficios.

Por ello, a pesar de la necesidad de recuperar los niveles de ingreso de las familias, es necesario reconocer que nuevos incrementos en la RMV no son la solución, además que su aplicación sería severamente limitada por la apremiante informalidad que caracteriza al mercado laboral peruano. Inclusive, aumentar las exigencias para la creación de empleos adecuados solo desembocará en una mayor carencia de estos y una mayor exclusión de los trabajadores menos capacitados, aquellos fueron más perjudicados por la pandemia”, anotó.

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