El coronavirus golpea el consumo privado. (Foto: Hugo Curotto | GEC)
El coronavirus golpea el consumo privado. (Foto: Hugo Curotto | GEC)

El consumo privado continuará con su evolución negativa en el segundo trimestre, en la medida que la pérdida de empleos y el recorte de ingresos reduzca el gasto de los consumidores, prevé Scotiabank.

Según proyecciones del banco, esto se vería parcialmente compensado por una política fiscal expansiva, reflejada en los subsidios que viene otorgando el gobierno a 6.8 millones de hogares, en los mayores gastos del Gobierno para combatir la emergencia sanitaria —cuyo efecto se apreciará más notoriamente en el segundo trimestre— y, a partir de junio, en una paulatina recuperación de la inversión pública.

Por otro lado, la demanda interna acentuará su caída durante el segundo trimestre, en sintonía con la evolución del PBI, que retrocedería más de 20% en ese período.

En su reporte semanal, la entidad financiera estimó que la extensión de la cuarentena hasta el 30 de junio seguirá afectando la economía.

“Si bien el 11 de mayo se inició el gradual proceso de reapertura de algunas actividades, no será sino hasta el tercer trimestre según el cronograma divulgado por el Gobierno cuando la casi totalidad de sectores económicos sean autorizados nuevamente a operar”, indicó.

La variable más afectada seguirá siendo la inversión privada, pues su evolución futura depende de la confianza de los inversionistas, la cual se ha desplomado debido a la incertidumbre del impacto del COVID-19 sobre la economía.

Primer trimestre

La demanda interna cayó 1.2% durante el primer trimestre, su primer resultado negativo desde la crisis financiera internacional del 2009.

La demanda interna sin considerar inventarios se contrajo 3.3%, más en línea con la caída de 3.4% registrado por el PBI. Esta evolución negativa fue explicada por la contracción del gasto privado afectado por la cuarentena decretada por el gobierno desde el 16 de marzo para contener el avance del nuevo coronavirus.

Esto fue parcialmente contrarrestado por la mayor inversión pública, pues la paralización de obras a partir de la segunda quincena de marzo no logró revertir la recuperación que venía mostrando desde inicios de año.

El consumo privado (-1.7%) se vio afectado por la pérdida de empleos y reducción de ingresos registrado a partir del inicio de la cuarentena.

“La medida imposibilitó que trabajadores independientes e informales que representan cerca del 70% de la PEA puedan generar ingresos. Además, el cierre de locales comerciales restringió el consumo de bienes y servicios no esenciales”, apuntó el banco.

La inversión privada (-16.8%) mostró una significativa caída, aunque ya venía debilitada por los temores sobre la evolución de la economía global.

La más afectada fue la inversión no minera (-17.5%), vinculada a la demanda interna, debido a la paralización de proyectos y a la incertidumbre del impacto del coronavirus sobre la economía.

De otro lado, la inversión minera (-12.1%) dio un giro de 180° respecto de la expansión de doble dígito que venía mostrando, como consecuencia de la caída del precio de los metales industriales -ante el menor dinamismo de la economía mundial- y de la suspensión de megaproyectos mineros como Quellaveco y Mina Justa.

La inversión pública (+15.7%) se benefició de la recuperación de la ejecución de los gobiernos regionales y locales luego de la caída del primer trimestre del año pasado, como resultado de la curva de aprendizaje de las nuevas autoridades. Sin embargo, está tendencia cambió drásticamente debido a la paralización de obras públicas a raíz de la cuarentena.