Durante el año 2019, la pesca de consumo humano directo (CHD) logró exportar US$ 1,592 millones de dólares y vender unos 600 millones de kilos de pescado en el país, según cifras de la Sociedad Nacional de Industrias. En este contexto, el calamar gigante o pota se posicionó como uno de los recursos más importantes de la pesca peruana, pues las exportaciones representaron, con US$ 871 millones, cerca del 54% de las exportaciones totales de la pesca de consumo humano directo. Sin embargo, el 2020, con la llegada del COVID-19, el panorama cambió dramáticamente.
Según señala Alfonso Miranda, presidente del Comité de Pesca y Acuicultura de la Sociedad Nacional de Industrias (SIN), las exportaciones han registrado una caída de 59% en los primeros cinco meses de mayo. De igual forma, la producción pesquera registra un -39% en el mismo periodo, producto de las paralizaciones por el confinamiento y la crisis económica que atraviesa el país.
Pero, a pesar de las cifras tan preocupantes, ¿hay posibilidad de recuperación en el segundo semestre del 2020 en el que se reactiva la economía? Alfonso Miranda es optimista y confía en que si es posible revertir el difícil panorama. Sin embargo, plantea algunas cosas que deben cambiar en el corto plazo para lograrlo.
“El Perú tiene uno de los mares más ricos del mundo y tiene una ventaja comparativa. Para que esa ventaja comparativa sea traducida en ventaja competitiva, se necesita que el Estado facilite la competitividad de sus sectores productivos. En el Perú la competitividad está muy venida a menos en el tema de infraestructura y en el tema de burocracia. Estos factores le restan competitividad al sector pesquero. En nuestro caso, el asunto medular es SANIPES, que es la entidad que tiene que hacer los mayores cambios para lograr competitividad y ponernos de igual a igual con Chile, Ecuador y Argentina; y poder competir con países como Tailandia, Vietnam, India e Indonesia, que cuentan con mucho apoyo”, señala Miranda.
Si bien han mejorado los desembarques de pota y algunos otros indicadores se muestran al alza, Miranda sostiene que se necesita una participación más activa del Estado en la reactivación de la pesca. En ese sentido, el vocero de la SNI es crítico con el Organismo Nacional de Sanidad Pesquera (Sanipes) y del funcionamiento de la Mesa Ejecutiva del sector, de las cuales pidió se conviertan en un brazo de la pesca para generar mayor competitividad. Miranda considera necesario hacer mejoras en la certificación por procesos, el control de contaminantes y en el ingreso de materias primas a las plantas de proceso.
“El sector pesquero tiene todos los elementos para una reactivación en este segundo semestre, tiene la inversión ya hecha, tiene el personal calificado, tiene plantas también certificadas para exportar a los principales mercados. Hay un terreno ganado en ese sentido. Lo que va a depender es que el Estado no se convierta en una rémora o que en algunos casos no se mantenga como una rémora, concretamente en el caso de Sanipes. (…) Tenemos que decir que (Sanipes) se ha convertido en el primer problema para la competitividad del sector pesquero en los últimos años. Por lo menos 8 meses que se vienen trabajando estos temas y esperamos que empiecen a resolverse”, señaló el presidente del comité de pesca y acuicultura
En ese sentido, Miranda sostiene que, si estas trabas burocráticas se consiguen levantar, “la pesca se puede convertir en un sector de reactivación de la economía y revertir este 39% acumulado hasta mayo”. “Quiero ser optimista y creo que se van a resolver esas trabas y que se va a poder revertir la caída, mantener los puestos de trabajo y que no caiga la recaudación que se produce por esta actividad”, afirma.
Por ello, Miranda apunta a trabajar en mantener las exportaciones de pota, el recurso hidrobiológico que más puestos de trabajo genera en el Perú. Según señala el vocero de la SNI, existe una gran flota artesanal y de la industria pesquera para consumo humano directo que depende de este recurso. Miranda considera que una gran tarea del Estado debe ser avanzar en la formalización de los pescadores artesanales que se dedican a capturar este recurso, pues de tal manera se garantiza su continuidad operativa, el avance de las exportaciones y que los pescadores puedan salir a aguas internacionales en búsqueda del recurso.
“La principal especie es la pota, es el recurso hidrobiológico que más puestos de trabajo da en el Perú. Es el sustento de la flota artesanal y de la industria pesquera para consumo humano. En el 2019 la pota ha generado más de 860 millones en exportación. Ahí hay factores fundamentales por trabajar. El primero es de la formalización de la flota artesanal de pota. Es un proceso que se ha dilatado desde el año 2016 a pesar de que desde el 2013 los propios pescadores venían reclamándolo”, sostuvo.