Deforestación
Deforestación

registra una tendencia “absolutamente creciente”, con los consecuentes efectos en el clima y la pérdida de biodiversidad que conlleva, y ha alcanzado, desde que se tienen registros, unas 7’800,000 hectáreas del territorio nacional, “equivalente al tamaño (del departamento) del Cusco”, según el director ejecutivo del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), Alberto Gonzalez-Zúñiga.

“El efecto de la deforestación en el país es grande, muy grande. Impacta notablemente en nuestro capital natural, de los bosques, afecta la biodiversidad y también la dotación de recursos hídricos”, explica.

Aunque las causas que generan más polémica suelen ser delitos medioambientales, , que se realiza en áreas que van desde cinco hasta 100 hectáreas, pertenecientes al Estado o a concesiones abandonadas, sostiene el titular del Serfor.

“La lógica del desarrollo de la agricultura migratoria se basa en una muy baja productividad del suelo: los agricultores se encuentran en un determinado lugar, donde siembran ciertas especies, luego a los dos o tres años los rendimientos caen y tienen que trasladarse a otra zona, y así avanzan sobre el bosque”, detalla.

Ya en el plano delictivo se encuentran los otros tres factores que más contribuyen a arrasar los bosques y a dejar estas zonas desérticas. En primer lugar se encuentran los cultivos ilegales (principalmente de coca), seguidos de la y, por último, la tala ilegal.

En los últimos tres años, las cifras de deforestación han variado levemente: en el 2018 se perdieron 129,485 hectáreas de cobertura de bosques húmedos amazónicos, de acuerdo con cifras preliminares del Serfor; en tanto que en el 2017 fueron arrasadas 155,914 hectáreas y en el 2016, unas 164,662 hectáreas. Según explicó Alberto Gonzalez-Zúñiga, aunque en algunos años se registre un decrecimiento de las áreas deforestadas, al observar la situación en periodos más amplios, se evidencia la tendencia al alza.

Los departamentos más afectados por las pérdidas de bosques son Ucayali, Loreto y Madre de Dios, con la deforestación de 23,835 ha, 22,523 ha y 19,649 ha, respectivamente. Mientras en Ucayali y Loreto la principal causa de pérdida de bosques es la agricultura migratoria, en Madre de Dios este factor es desplazado por el gran problema de la minería ilegal, concentrada en La Pampa.

Deforestación
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Para hacer retroceder los efectos de la agricultura migratoria, el Ministerio de Agricultura se ha propuesto incentivar el aumento de la productividad de estas fincas, que carecen de derecho de propiedad. Por ello, el Serfor publicó hace dos años los lineamientos para contratos por cesión de uso de estas tierras, de modo que se logre documentar quiénes cultivan en ellas, el tamaño de las unidades productivas y se pueda brindar asistencia técnica para mejorar su productividad, señala Gonzalez-Zúñiga.

Frente a la minería ilegal, el Estado ha intervenido su principal centro de operaciones, , donde este delito convivía con otros que atentan también contra la dignidad humana. El alto funcionario admite que “el Gobierno tiene gran responsabilidad” en la situación de esta zona, pero afirma que el Estado trabajará de forma constante hasta recuperar el territorio y fomentar el cultivo de otras productos, lo que tardará entre 12 y 15 años.