La paz alcanzada entre el Gobierno colombiano y las guerrillas de las FARC no cambia la perspectiva bajista de a corto plazo para el sector construcción de ese país; "preferimos el mercado peruano para el 2017", dijo el banco en un informe sobre el en Colombia.

"Nuestra perspectiva a corto plazo para la región andina es mejor en el Perú que en Colombia, y el posible acuerdo de paz con las FARC no cambia nuestra visión", mencionó un equipo de analistas de Scotiabank en el informe titulado "Manual del conflicto en Colombia".

La demanda de cemento en Colombia es impulsada principalmente por el gasto en construcción de bienes raíces residenciales y en regiones no afectadas por las actividades de la guerrilla.

En Colombia, la mayor parte de la futura inversión en carreteras (el llamado programa 4G) se encuentra en zonas abandonadas en lugar de en terrenos no urbanizados afectados por conflictos, explicó el banco.

Los volúmenes de cemento en Colombia bajaron un 14.4% interanual a 0.994 millones de toneladas en octubre del 2016. "De hecho, vemos que la demanda de cemento en Colombia se topará con una pared en los próximos seis meses, mientras que es probable que los precios del cemento permanezcan bajo presión", agregó.

"En el Perú, preferimos a Cementos Pacasmayo sobre Graña y Montero debido a un mejor equilibrio de la primera entre el retorno sobre la inversión y el costo promedio ponderado del capital, mejor visibilidad de la expansión de los márgenes, bajo riesgo de refinanciamiento y capacidad para generar flujo de caja disponible", dijo Scotiabank.

También afirmó que las principales razones que respaldan su perspectiva a corto plazo sobre las industrias de cemento y construcción en el Perú en comparación con Colombia son los desequilibrios macroeconómicos en Colombia y una estructura de mercado más estable en el Perú.

Además, Colombia sigue trabajando en la reducción de sus déficits fiscales y de cuentas corrientes, algo que podría tener adicionales consecuencias negativas para el crecimiento. Y, si bien la inflación ha disminuido (del 9% al 6% en cinco meses) y el Banco Central recientemente comenzó a relajar la política monetaria, la inflación se mantiene por encima del rango meta del banco central (2%-4%) y la política monetaria sigue implicando altos costos de financiación, que son un contratiempo para la demanda de productos hipotecarios, la infraestructura privada y el gasto en bienes raíces comerciales.

A largo plazo.Scotiabank estima que el proceso de paz debería tener un efecto positivo en el aumento de las tasas de urbanización a largo plazo, aunque la tasa relativa de urbanización entre grandes y pequeñas regiones urbanas y rurales podría cambiar a medida que las comunidades desplazadas se reubican. Sin embargo, afirmó que el proceso de paz no aborda ninguno de los desequilibrios macroeconómicos colombianos, que todavía están en una tendencia de corrección, e incluso podrían empeorar la situación fiscal a corto plazo a medida que se introduzca más gasto público para ejecutar el acuerdo.

"Consideramos que la perspectiva a largo plazo del gasto en construcción es más interesante en Colombia que en el Perú. Ambos países necesitan más y mejores infraestructuras, mientras que la demanda de cemento se sustenta en las sólidas tendencias de urbanización. Sin embargo, la magnitud del crecimiento de la población urbana en Colombia y la topografía del país deberían convertirla en un mercado con un fuerte potencial para mejorar el consumo de cemento per cápita, que se situó en un mínimo de 266 kilogramos en el 2015 y podría disminuir hasta 230 kilogramos en el 2016", concluyó.