Redacción Gestión

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El banco Scotiabank consideró que la inflación durante el mes de febrero, luego que repuntó en enero y registró un ritmo anual de 4.6%, el más alto desde diciembre del 2011.

El analista senior del Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank, Mario Guerrero, mención que son varios los factores que podrían seguir ejerciendo presión sobre los precios en febrero, entre ellos:

• Alimentos perecibles. Estacionalmente tienden a subir durante el verano. En particular hortalizas (ej. tomate) y frutas, como consecuencia del retraso de lluvias por la presencia del Fenómeno de El Niño, y pescados, que registraron un aumento de 4% en enero.

Los precios avícolas y de tubérculos podrían corregir en febrero, luego de alzas importantes durante los últimos meses.

• Las tarifas eléctricas. Explicaron el 28% de la inflación de enero y es probable que mantenga su tendencia hacia el alza en febrero, por reajuste del tipo de cambio.

• La depreciación cambiaria. El ritmo anual de depreciación acumuló 14.1% a fines de enero manteniendo el ritmo registrado en el 2015 (14.6%).

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Guerrero opinó que es probable que el tipo de cambio continúe presionado hacia el alza, "impulsado por factores externos, ante la debilidad de los precios de los metales y la volatilidad de los mercados financieros, como por factores internos, por los efectos del Fenómeno de El Niño y el ciclo electoral", indicó en el Reporte Semanal del banco.

EneroLos precios al consumidor aumentaron 0.37% en enero, por encima del 0.30% esperado por el mercado según un sondeo de Reuters.

Ello fue impulsado por el alza de los precios en algunos alimentos y tarifas eléctricas, y por el impacto del aumento del tipo de cambio en la canasta básica, siendo compensados por menores tarifas de transporte y precios de combustibles.

En enero, el comportamiento de algunos precios transables como electrodomésticos y vehículos ligeros no reportaron mayores cambios. A ello se añadiría el efecto estadístico de una inflación relativamente baja en febrero del 2015.

Guerrero consideró que un factor que podría contener las presiones inflacionarias serían los precios de los combustibles.

De acuerdo a los cálculos del Scotiabank el efecto de las recientes reducciones de precios de los combustibles por parte de las refinerías se reflejarían en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de febrero, con una incidencia de hasta 0.10 puntos porcentuales.

El ritmo de inflación podría repuntar a un rango entre 4.6% y 5% durante lo que resta del verano, para luego descender hacia un ritmo de 4.5% hacia mediados de año y a 3.6% hacia fines de año.

"En nuestro escenario base, la inflación se mantendría por encima del rango meta del Banco Central de Reserva (BCR), de entre 1% y 3%, a lo largo de todo el año 2016", consideró.

Agregó que es probable que la depreciación de la moneda presione al alza también a las expectativas inflacionarias, cuya última lectura alcanza a 3.4% para este año.