Standard & Poor’s Global Ratings dijo hoy que el anuncio de renuncia del presidente no tiene implicaciones inmediatas para las calificaciones crediticias soberanas del Perú, que ahora están en BBB+/Estable/A-2 para la deuda en moneda extranjera y en A-/Estable/A-2 en moneda local.

Está previsto que el vicepresidente juramente mañana en reemplazo de Kuczynski hasta el 2021, cuando expire el mandato del gobierno.

El anuncio de renuncia de PPK se produjo un día antes de que los legisladores votaran sobre una moción de vacancia. La moción fue presentada contra el presidente sobre la base de "incapacidad moral", alegando que su empresa de consultoría recibió pagos de la constructora brasileña Odebrecht hace unos años.

Estas acusaciones se encuentran entre una serie de investigaciones en curso a políticos y empresas peruanas acusadas de recibir sobornos de la empresa constructora. La renuncia del presidente probablemente fue influenciada por un video publicado la noche del martes en el que partidarios de Kuczynski parecen estar negociando proyectos de obras públicas a cambio de votos en contra de la vacancia.

Una votación similar tuvo lugar en diciembre del 2017 cuando el presidente evitó por poco el primer intento de impeachment.

“Creemos que la presidencia de Vizcarra probablemente no tendrá un impacto significativo en las políticas económicas y de inversión clave en Perú, siempre y cuando el nuevo gobierno pueda recuperar la confianza de los inversionistas”, dijo S&P.

“En tanto el Perú no tiene una reforma estructural urgente en este momento, el resultado más probable sería la ejecución de medidas ya aprobadas y la continuidad en el gobierno. El futuro presidente Vizcarra deberá forjar alianzas en el Congreso para evitar conflictos recurrentes y avanzar en la agenda de gasto existente del gobierno”, agregó la agencia.

Perú ha establecido un historial de compromiso con una gestión macroeconómica cautelosa en las últimas dos décadas. La sucesión de gobiernos estables ha permitido proseguir las reformas en curso y garantizar la estabilidad macroeconómica.

S&P dijo que su evaluación institucional actual se basa en la continuación de una política pragmática por parte del gobierno peruano en general, sea quien sea el presidente, y por el Congreso.

“La solvencia crediticia del Perú también se ve respaldada por una baja, aunque creciente, carga de deuda, un crecimiento continuo del PBI y una moderada deuda externa. La política monetaria fiable también ha mantenido la estabilidad del sector financiero y la confianza de los inversores”, resaltó.

S&P espera que el crecimiento económico del país mejore este año gracias al impacto combinado del estímulo fiscal, la inversión privada y los mayores precios de los metales. Sin embargo, retrasos adicionales en la ejecución de proyectos de inversión, relacionados con deficiencias institucionales y escándalos de corrupción, presentan riesgos evidentes.

“Hemos determinado que no se justifican acciones de calificación, basadas únicamente en los sucesos descritos”, finalizó.