Redacción Gestión

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El Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2016-2018 Revisado, elaborado por el Ministerio de Economía y Finanzas (), ha establecido una serie de riesgos tanto externos como internos que podrían afectar los estimados de crecimiento de la economía peruana para este y .

Según el MEF, el contexto internacional plantea múltiples riesgos a la baja para la economía que ya fueron identificados en el MMM de abril y entre ellos figuraban la desaceleración abrupta de China y la caída de precios de las materias primas, así como la incertidumbre respecto del inicio y la magnitud del incremento de la tasa de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos.

También está la salida súbita y masiva de capitales desde economías emergentes activada por una mayor caída de precios de materias primas y/o retiro del estímulo monetario en Estados Unidos.

Otros riesgos identificados por el MEF son el "contagio" de un menor crecimiento de Japón, Zona Euro y China sobre la economía de Estados Unidos; y una posible burbuja bursátil en Estados Unidos.

Sin embargo, el MEF advirtió que se ha incrementado la probabilidad de ocurrencia de escenarios de riesgos como la desaceleración abrupta de China, la salida masiva de capitales desde economías emergentes y el retiro del estímulo monetario en Estados Unidos.

A estos se suman dos nuevos riesgos externos, de los cuales el primero es el mayor deterioro en el desempeño económico de Brasil y el efecto que podría tener sobre la región la reciente reducción de su calificación crediticia.

El segundo nuevo riesgo es el deterioro en las expectativas de inversión y consumo de los agentes económicos en América Latina que "golpean aún más el ya debilitado círculo virtuoso de inversión-empleo-consumo".

Riesgos internosEn cuanto a los riesgos internos, el MEF señaló que se ha incrementado la probabilidad de ocurrencia de un escenario de deterioro de expectativas del sector privado, así como de un Fenómeno de El Niño (FEN) de magnitud fuerte o extraordinaria.

Recordó que el Comité Multisectorial encargado del Estudio Nacional del Fenómeno "El Niño" (ENFEN) mencionó que existen un 95% de probabilidad que dicho fenómeno climático continúe durante el verano 2015-2016, con una probabilidad de 55% que alcance una magnitud fuerte o extraordinaria.

A esto se suma que, con información al 19 de agosto, la temperatura superficial del mar se encuentra en niveles ligeramente menores a los registrados en 1997.

Tal como se señaló en el MMM de abril, la materialización de un FEN de magnitud fuerte o extraordinaria (similar a 1997-1998) podría desviar el crecimiento de la economía hasta en tres puntos porcentuales respecto del escenario base, debido a una menor producción de sectores primarios y destrucción de infraestructura.

A esto se suma otros dos nuevos riesgos identificados por el MEF y que podrían generar un sesgo a la baja en la proyección de crecimiento incluido en el MMM Revisado.

Uno es la mayor incertidumbre de cara a las elecciones presidenciales del próximo año, lo que podría acrecentar la persistencia que suelen tener los choques de expectativas. Según el MEF, en el último sondeo de Apoyo Consultoría, el deterioro en el escenario político constituía el factor de mayor riesgo para el entorno de negocios en los próximos 12 meses.

"La materialización de este escenario de riesgo reduciría la inversión privada, la generación de empleo y el consumo privado", dijo el MEF.

En cuanto al consumo privado, se suma otro riesgo que es el alza de precios, lo que limita la capacidad de gasto de las familias. Justamente, según Apoyo Consultoría, algunos precios de bienes y servicios clave en la canasta de consumo como alimentos, tarifas eléctricas y pasajes, registraron incrementos importantes.

"Por eso, el alza de precios ha sido la mayor causa de deterioro en la confianza del consumidor durante los últimos meses", acotó el MEF, y añadió que esta preocupación se mantuvo y cerca del 20% de las familias considera que los precios son más altos que hace 12 meses.

El segundo nuevo riesgo interno es la mayor desaceleración del crédito, en especial, a empresas, a pesar de los esfuerzos del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) por inyectar liquidez al sistema financiero.