El Perú se ha mantenido en lo últimos años con uno de los niveles más bajos de riesgo país en la región, ubicándose en alrededor de un punto porcentual en el último año, según el índice EMBI+ del banco de inversión JP Morgan, el cual en la víspera cerró en 92 puntos básicos.
Si bien este índice tiene niveles bajos para Perú desde hace varios años, más aún en el 2019, existen “nubes grises” que podrían afectar su buen desempeño, señaló el economista Alberto Morisaki.
Explicó que posibles conflictos políticos y sociales podrían tener repercusión en la prima de riesgo país. Situaciones como la composición (fragmentada) del nuevo Congreso, el que el 2020 sea un año preelectoral, el posible surgimiento de protestas sociales a lo largo del año y el coronavirus que puede afectar la economía peruana, son factores que cita el economista. Sin embargo, aseguró que el escenario es, en líneas generales, optimista.
“Se espera que el nuevo entorno político no genere presiones con respecto a medidas populistas, como un mayor gasto público en rubros que no tienen sentido, distintos a los de capital. Asimismo, tenemos el problema del coronavirus, el cual puede afectar social y económicamente a través de un menor crecimiento del PBI y la recaudación tributaria", indicó.
Por su parte, Rafael Zacnich economista jefe de Comex Perú, dijo que para el 2020 se espera que el riesgo país se mantenga en alrededor de un punto porcentual, y que el actual contexto político e institucional no trastoque el buen manejo macroeconómico que se tiene.
“No es que vaya a ocurrir un cambio radical en el manejo de nuestras finanzas públicas a partir de este nuevo Congreso o alguna incertidumbre durante el año. Se esperaría, entonces, que el riesgo país se mantenga en alrededor de un punto porcentual por lo que el tema no me preocupa”, comentó.
¿Por qué el riesgo país se ha mantenido en niveles bajos?
Según Zacnich, el que esté en alrededor de un punto porcentual es el reflejo de la disciplina en el manejo de las finanzas públicas, y que se tenga un déficit fiscal bajo (en 1.6% para el 2019).
Mencionó el buen manejo de las políticas macroeconómicas a través de un banco central autónomo. Se maneja rangos meta en los niveles de inflación, una política monetaria austera y reservas internacionales en aumento. Estos componentes, según Zacnich, traen como consecuencia un riesgo país bajo.
Morisaki señaló que, además de este buen manejo de las cuentas fiscales y políticas macroeconómicas, la tasa de crecimiento en el 2019, a pesar de haber estado por debajo de su potencial, ha influido en el nivel de este índice (riesgo país), ya que Perú ha crecido por encima de muchos países de la región, como Chile.
Asimismo, subrayó el papel del sistema financiero, pues “es suficientemente líquido y está bien regulado por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS)”, lo cual transmite seguridad a las inversiones.
“Un sistema financiero como el peruano es sólido pues muestra ratios de capital muy buenos, tiene adecuados niveles de liquidez para apoyar el crecimiento de la economía, genera rentabilidad y tiene una cobertura en caso de malos créditos. Este sistema financiero es capaz de resistir cualquier crisis financiera internacional como fue en el 2009”, indicó.
Además, Morisaki comentó que el reperfilamiento de la deuda de largo plazo (mantener la mayor parte de esta en moneda nacional y no en dólares) reduce el riesgo cambiario, hace más seguro el cumplimiento de las obligaciones financieras y repercute en el bajo nivel de riesgo país.
¿Qué es el riesgo país y en qué beneficia su bajo nivel?
El riesgo país es un indicador que estima la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones financieras. Este indicador suele medirse a través de la prima de riesgo (diferencia de la tasas ofrecidas entre bonos de, por ejemplo, Perú y los del Tesoro de Estados Unidos).
Cuando la prima del riesgo es alta, eso significa que el riesgo país es elevado también.
Según Zacnich, un riesgo país bajo incentiva la inversión extranjera, pues este sirve como una carta de presentación en los mercados internacionales.
Morisaki indicó que, además del incentivo a la inversión extranjera, un riesgo país bajo permite que el sector público y las empresas privadas peruanas puedan acceder a un financiamiento más barato, lo cual gatilla la inversión pública y repercute también en las menores tasas ofrecidas en el mercado interno y, con ello, un mayor consumo y empleo.