Redacción Gestión

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El sentir general de los es cada vez más cauto ante el impacto de las malas noticias que están afectando el comportamiento de las Bolsas. En las últimas semanas hemos conocido una batería de datos macroeconómicos que han sido claramente positivos, sobre todo en los países periféricos. Los estamentos se han visto obligados a revisar al alza las estimaciones para Europa, mientras que han revisado a la baja a algunos países emergentes.

A pesar de las revisiones al alza, el FMI y el insisten en que todavía queda mucho por hacer y que el problema del desempleo en Europa, no sólo en , sigue siendo un factor de preocupación. La necesidad de seguir con las reformas estructurales es algo que nadie discute, pero los más pesimistas parecen aferrarse a los puntos oscuros dejando de lado las noticias positivas.

Muchos analistas e inversores también parecen apostar por un escenario de debilidad económica que requeriría de un mayor impulso de expansión monetaria por parte del (BCE). Al menos eso es lo que parece a tenor de la evolución de los tipos de interés en Europa que siguen en zona de mínimos.

Resulta algo desconcertante que se exija una mayor intervención por parte del BCE cuando durante años los analistas han criticado de manera vehemente las políticas excesivamente laxas de la por las posibles consecuencias negativas que podrían tener en un futuro.

El BCE ha resistido hasta la fecha las presiones de los mercados, que los días previos a cada reunión de la han apostado por las diferentes medidas no convencionales que podrían ser utilizadas.

Lo cierto es que los datos que se están publicando están dando la razón al BCE en su estrategia de esperar a tener mayores evidencias de que serían necesarias más medidas de expansión monetaria.

Lo más elocuente es la creciente evolución del índice manufacturero PMI, que sería consistente con una aceleración del en los próximos meses. A su vez, la temida deflación parece haber encontrado un cierto freno en los últimos meses, tendencia que podría confirmarse si los datos de abril mostrasen una subida de los precios. Teniendo en cuenta el buen comportamiento del en Semana Santa y el repunte del crudo, el movimiento al alza de la inflación podría ser más fuerte de lo previsto.

Los inversores tendrán que evaluar si los datos de crecimiento son ficción o realidad y si la de las Bolsas y la fortaleza de los bonos están justificadas o no.

Hasta el momento los intentos de ruptura alcista han sido frenados en seco, por lo que es probable que se necesite de algún para que se pueda confirmar el movimiento alcista.

Javier Montoya es analista de Alpha Plus