Redacción Gestión

redaccion@gestion.pe

Actualmente, el Perú es la segunda economía más fuerte en la categoría 'BBB' de la agencia calificadora de riesgo . Hoy, esta hizo una nueva revisión de nuestro riesgo crediticio ad portas de cumplirse su último resultado de noviembre pasado, y en moneda extranjera a largo plazo del Perú con BBB+ (desde BBB) y aquella en moneda local con A- (desde BBB+).

En el informe dedicado a este resultado, Fitch explica que uno de los puntos fuertes es que a pesar de la baja en las proyecciones del a 5.4% para este año, el estimado a futuro parece ser favorable debido a la fuerte inversión minera y una expectativa de mayor producción de cobre al 2016.

Sin embargo, hay otros puntos que el reporte señala como retos pendientes para que el país siga siendo una economía fuerte en esta categoría crediticia.

"Los conflictos sociales localizados, la debilidad de las instituciones y problemas de capacidad siguen representando retos para el desarrollo político, económico y social del Perú en el mediano plazo", se lee en el estudio.

Aún así, Fitch menciona que el consenso sobre la ha aumentado en los últimos años en los más altos niveles de mando político y la sociedad, por lo que el "riesgo de salir de esta política se ha reducido".

Otro de los factores favorables para el Perú es que las vulnerabilidades económicas que trae un crecimiento fuerte del crédito y un elevado déficit en la cuenta corriente (que llegaría a 5% del PBI) "parecen ser manejables", según la agencia. La inversión extranjera directa, los requerimientos de financiamiento externo relativamente manejables también fortalecen la posición de la economía peruana.

Mejorar la vallaPero si el Perú quiere superar la categoría 'BBB' y subirse al barco de las ahora pocas economías en la categoría 'A', Fitch Ratings también da recomendaciones:

1. Crecimiento sostenido que reduzca la brecha de ingresos con deuda soberana mejora calificada, mayor progreso indicadores sociales y capacidad de atención institucional.

2. Mejoras significativas en los estados financieros fiscales y externos, y construir un historial que se sujete a las mejoras institucionales de la política fiscal.