Los reconocidos economistas Alonso Segura, Carolina Trivelli y Carlos Paredes discutieron sobre lo que dijo y lo que no dijo el presidente Martín Vizcarra en su discurso de 28 de julio.
¿Qué no se mencionó? ¿Estamos siendo lo suficientemente estratégicos en las políticas de reactivación? ¿En qué se debería enfocar este último año de gestión?
Estas y más preguntas fueron planteadas en el debate organizado por la Universidad Continental, Intelfin y el diario Gestión.
No se tiene una estrategia muy clara
Alonso Segura, Exministro de Economía
Falta aterrizar la política de gobierno para los próximos meses, tanto en temas de reactivación como de desarrollo. Por ejemplo, debería haber una política clara de alivio temporal a las familias. Los criterios para la entrega del bono a 8.5 millones de hogares no son claros y, a pesar de que la cobertura es amplia, no se está atendiendo de manera sostenida a quienes más podrían necesitarlo. Asimismo, hay una necesidad de políticas claras para estabilizar el mercado laboral.
Solamente en Lima Metropolitana se han perdido más de 2 millones de puestos de trabajo, y el Gobierno no ha propuesto mecanismos para la promoción del empleo más allá de Trabaja Perú.
Por otro lado, también es preocupante el anuncio de la ejecución de las líneas 3 y 4 del Metro bajo modalidad Gobierno a Gobierno. Esta modalidad no es un buen mecanismo para el desarrollo de infraestructura. Si bien los trabajos realizados para los Juegos Panamericanos fueron un éxito, este tuvo características que no necesariamente serán replicables, especialmente en términos de eficiencia y transparencia.
Los riesgos que asumiría el Estado y las posibles contingencias que se podrían generar en el futuro hacen que esta alternativa sea problemática. Además, el Gobierno peruano no tiene espacio fiscal para invertir US$ 30,000 millones en los próximos cinco años solo en dos proyectos. Lo más responsable es fortalecer la infraestructura en educación y salud por las vías correspondientes. Hay que mejorar la eficiencia e inversión del gasto público sin tomar atajos.
Necesitamos un plan creíble, no que nos impresionen
Carolina Trivelli, Exministra del MIDIS
El discurso presidencial resultó ser más un informe de gestión que un mensaje a la Nación. Esperábamos un mensaje que nos diera la confianza de que se tiene un plan para los próximos doce meses con el que se logre enfrentar la pandemia, dar un impulso a la economía y asegurar una transición preparada para el siguiente Gobierno. Sin embargo, se dio un recuento de los programas en marcha y se mencionaron cifras, pero no se atacó el problema central de la gestión y la viabilidad de la implementación de los proyectos.
En cuanto al tema social, es necesario evaluar cómo se compatibiliza la pensión por orfandad con el subregistro de fallecidos por covid. Para este nuevo bono universal, se ha considerado una focalización inversa, por lo que debería llegar al 99% de peruanos que lo necesitan. La entrega de los bonos anteriores presentó diversos problemas, como la congestión en los bancos. Se debe involucrar al resto del sistema financiero para que preste sus cajeros automáticos, billeteras financieras y plataformas. Además, es necesario mejorar la comunicación dando un mensaje claro del cómo, cuándo y dónde cobrar, y habilitar una línea de call-center para la población. El Midis debe evaluar cómo complementar esto con los programas sociales, sobre todo para las personas más vulnerables. Se tienen que asegurar condiciones claras para la generación de nuevos puestos de trabajo.
Necesitamos un plan creíble y constante para los siguientes doce meses, tomando en cuenta que es un año electoral y no se puede implementar políticas nacionales en el último año.
Se debe movilizar al sector privado
Carlos Paredes, socio de Intelfin, expresidente de Petroperú
El gran ausente del discurso fue el sector privado. El Gobierno no se ha apoyado lo suficiente en este sector para enfrentar la crisis y, más bien, en reiteradas ocasiones, ha contribuido a promover la desconfianza hacia las empresas. Esto es sumamente perjudicial, dado que el sector privado moviliza muchos más recursos que el sector público, por lo que la coordinación y alineación de intereses es clave para salir adelante. Por ejemplo, es indispensable que se adopten medidas transitorias que flexibilicen el mercado laboral y, así, faciliten la reincorporación de trabajadores al sector formal de la economía.
Por otro lado, no hubo un anuncio claro de cómo se tratará de reactivar la inversión privada, la cual tendrá una caída muy fuerte este año y cuya pronta recuperación (usual en periodos poscrisis) esta vez se ve comprometida por el calendario político.
Aunque se habló de algunos proyectos mineros, no se mencionó Tía María, proyecto listo para destrabarse, lo que nos muestra la diferencia entre el anuncio y la voluntad real de hacer cambios. La promoción de dos o tres megaproyectos sería una buena señal para el país; incluso, una mejor señal que realizar grandes anuncios de inversión pública sin respaldo alguno de cronogramas de ejecución.
Otro sector que no estuvo presente en el discurso es el de las microfinanzas. El shock que han sufrido sus carteras ha sido enorme, por lo que se necesita fortalecer patrimonialmente a estas instituciones si no queremos llegar al próximo año con un sistema microfinanciero muy débil. El Gobierno debe ser más claro y trabajar junto a actores fuera del Estado para no demorar innecesariamente la recuperación.