Redacción Gestión

redaccion@gestion.pe

¿Cómo calificaría el manejo macroeconómico en estos dos años de Gobierno?En general, ha sido un buen manejo, si uno mira las cifras de crecimiento por encima del 6% y . Creo que estos resultados debemos rescatarlos porque el entorno internacional ha sido bastante difícil.

¿Qué hizo bien el Estado para lograr estos resultados?Creo que el mérito ha sido mantener las buenas cosas que se han hecho en los últimos quince o veinte años en lo macroeconómico, y que se ha caracterizado por dos elementos: disciplina en lo fiscal y monetario. Ese entorno de estabilidad reduce incertidumbre, fomenta inversión, atrae capitales y genera confianza. Eso es un mérito de la actual administración que nombró a personas idóneas a cargo del MEF y el BCR, y ha continuado la tendencia de , a pesar de la volatilidad.

El ha optado por una actuación más impredecible ¿A qué responde este cambio?El banco central ha querido dejar que el flote un poco más, para evitar este seguro cambiario que internalizaban los agentes económicos, y que paradójicamente mantenía la economía con altos niveles de dolarización. Si la dolarización es una vulnerabilidad de la economía, e inducir un poco más de volatilidad en el tipo de cambio reduce la dolarización, entonces es positivo.

Esto también es posible porque los niveles de dolarización financiera se han reducido sustancialmente en los últimos años. Hemos pasado de 70% de créditos en dólares a inicios de la década pasada a niveles de dolarización del sistema financiero de entre 45% y 43%. Con la menor dolarización, el banco central puede permitir una mayor flotación cambiaria. Eso es lo que hemos visto recientemente: El tipo de cambio de cambio se ha movido rápidamente de niveles de 2.6 a cerca del 2.8. Y no hemos visto problemas en el sistema financiero porque las entidades financieras, las familias y las empresas están menos expuestas el riesgo cambiario. Entonces, yo te diría que ha sido un acierto del BCR permitir algo de mayor volatilidad, dentro de los límites que permite nuestra realidad, porque si bien la dolarización se ha reducido, todavía sigue siendo elevada.

La dolarización es alta sobre todo en los créditos vehiculares e hipotecarios…Efectivamente, los créditos vehiculares están bastante dolarizados. Pero no son montos muy grandes que puedan generar deterioro en los balances de los bancos. Además, son créditos bastante asegurados. La misma prenda es la garantía fácilmente realizable si es que hubiera alguna contingencia negativa, que no estamos viendo en este momento.

Por otro lado, los flujos de nuevos en los últimos dos años han sido principalmente en soles. La dolarización de estos préstamos ha caído de manera sustancial y eso reduce la exposición de las familias al riesgo cambiario.

¿Están de acuerdo con las medidas macroprudenciales de la SBS como establecer un tope de veinte años a los créditos hipotecarios?A los bancos nos interesa tener balances sólidos. Nuestras unidades de riesgo están muy activas monitoreando. Las medidas de las superintendencia nos parecen positivas y están en línea con lo que nosotros hemos venido haciendo en los últimos meses: Actuando de manera preventiva, provisionando y analizando el tipo de cliente al que se le concede un préstamo.

Un tema pendiente es la ¿Serán suficientes las para acelerar las inversiones?Algunos temas de concesiones, proyectos e infraestructura no han ido a la velocidad que se quisiera en los últimos dos años, pero es una señal positiva que se implementen medidas para acelerarlos. Por ejemplo, acelerar los permisos por temas ambientales o restos arqueológicos. Además, vienen proyectos grandes como la , con más de 5 mil millones de dólares, que dinamizará la demanda interna. Es un proyecto de gran envergadura y tengo entendido que existe la intención que la obra inicie en el 2014. La es otro proyecto grande. Veo que están más dinámicos y proactivos en la línea de apuntalar la confianza y dar señales positivas.

¿Pero no son solo medidas reactivas ante la ?No sé si sean reactivas. Lo que sucede es que son procesos que van madurando. No es que uno pueda elaborar un proyecto para reformar la administración pública en dos días. Se debe estudiar, coordinar bien a nivel multisectorial y presentar una propuesta bien estructurada. La por ejemplo es un intento muy saludable. Un país que quiere seguir creciendo y modernizándose necesita un aparato estatal más eficiente. Creo que todos los contribuyentes aspiramos a eso. Son procesos que vienen de antes, llegan en este momento oportuno y tendrán un efecto favorable en lo que queda de la administración.

La idea es hacer un Estado más eficiente que permita viabilizar más proyectos de infraestructura, que es donde debemos acelerar la marcha. No hay país que yo conozca que solo pueda crecer solo con inversión y acumulación de capital.

¿Cuál es la perspectiva del para los siguientes años?Vemos un crecimiento entre 5.5% y 6%, que son buenas tasas considerando el entorno global, que generará mucha volatilidad en los próximos dos años. Nos habíamos acostumbrado a tener tasas de entre 6.5% Y 7%, pero crecer entre 5.5% y 6% no está nada mal mientras el mundo industrializado, las grandes economías del mundo como China, empiezan a ordenar un poco su casa. Cuando lo hagan, volverán a jalar el crecimiento global.

¿Cuáles son las reformas más prioritarias para mantener ese crecimiento?El gran reto de esta y las próximas administraciones será atacar el problema de la infraestructura y la educación, si es que queremos mantener un crecimiento de al menos 5.5%, no caer en la trampa de los ingresos medios y diversificarnos. No podemos lograr sofisticación en los procesos de producción sin gente preparada.