Redacción Gestión

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Lisboa (Reuters).- Portugal presentará un plan sobre una minuciosa reforma de las instituciones estatales a sus prestamistas internacionales a inicios del próximo año, dijo el martes el primer ministro del país.

El miembro de la zona euro lucha por cumplir sus metas fiscales acordadas bajo un rescate por 78,000 millones de euros con la y el .

Aumentos de impuestos que entrarán en vigor el próximo año para reducir el déficit presupuestario se han encontrado con una amplia oposición social y política, por lo que los prestamistas del país requirieron que Lisboa tenga alternativas si el alza de impuestos no eleva los ingresos.

El primer ministro Pedro Passos Coelho dijo que las reformas al estado eran necesarias, junto con las medidas de austeridad para superar la crisis de deuda. "Nuestro problema no es solo presupuestario. Existe un consenso en el país de que necesitamos tener una reforma general del estado si queremos resolver la crisis", dijo Passos Coelho al Parlamento al presentar su borrador de presupuesto para el 2013.

"Este debate es del interés no solo del Gobierno, sino que del país", aseguró, agregando que el Gobierno presentaría las guías del plan de reforma a los acreedores después de la próxima evaluación trimestral del rescate, probablemente en algún momento de inicios del próximo año.

El Gobierno ha prometido presentar a sus prestamistas propuestas de recortes permanentes de gastos por 4,000 millones de euros para 2013 y 2014. Passos Coelho dijo que tales profundos recortes "no serían posibles sin la revisión de algunas funciones y estructuras del estado".

Los socialistas de la oposición han advertido que los constantes recortes sobre el presupuesto amenazan con minar áreas clave del país en bienestar social desarrolladas desde la vuelta a la democracia en 1974, tras décadas de una dictadura fascista.

La Comisión Europea ha dicho que desea un plan de contingencia para recortes de gastos en caso de que los ingresos no cumplan las expectativas en el 2013.

La crisis de deuda y las medidas de austeridad han alimentado la peor recesión del país desde la década de 1970, socavando los ingresos tributarios.