"Lo que hace esta disposición de Osiptel es precisamente alentar la morosidad", advierte Gustavo Rodríguez.

La morosidad en el pago de servicios públicos parece un tema que nunca va a terminar y según Gustavo Rodríguez, socio de Rodríguez García Consultoría, la situación es bastante preocupante porque en los últimos meses se aprecia una considerable tendencia al alza.

“La situación no se está revirtiendo y por el contrario, se está poniendo más y más grave, y desafortunadamente esa cuestión que, de alguna manera, es cultural en el Perú está siendo reforzada por disposiciones o por propuestas que, lejos de revertir la situación, más bien generan incentivos perversos para que la gente deje impaga sus deudas”, anotó.

En diálogo con Gestion.pe, indicó que una de esas propuestas recientemente fue planteada por el para permitir que los clientes del servicio de telefonía que tengan deudas .

“El reglamento que propone Osiptel efectivamente para el tema de la portabilidad numérica establece la suspensión de una exigencia que hasta el momento está vigente y que no ha sido modificado”, anotó.

Explicó que, en la actualidad, un usuario puede solicitar la portabilidad numérica a su empresa operadora de telefonía y trasladarse a otra empresa con su mismo equipo y número.

Pero si ese cliente tiene una deuda con el anterior operador entonces puede pedir al nuevo operador que suspenda el servicio basado en la deuda impaga.

“Lo que ha propuesto Osiptel es que esta posibilidad de suspensión del servicio desaparezca y de esta manera, un usuario del servicio de telecomunicaciones podría tener una deuda impaga, solicitar la portabilidad, migrar al nuevo operador y el operador antiguo ya no podrá pedir al nuevo que suspenda el servicio pese a esa deuda impaga”, dijo.

Si bien reconoció que la propuesta de Osiptel tiene como finalidad es fomentar la competencia entre operadoras e impulsar la portabilidad numérica, esta no es la forma adecuada.

“Lo que hace esta disposición es precisamente alentar la morosidad pero no solamente eso sino que más importante son las consecuencias que la morosidad trae en otros tantos rubros, y que al final del día le perjudican precisamente al propio consumidor, al que queríamos beneficiar”, aseveró.

Rodríguez manifestó que si bien las empresas de telefonía no van a quebrar por no cobrar esas deudas impagas y el Osiptel considera que los operadores cuentan con mecanismos para cobrar sus deudas, el mensaje que está dando esta propuesta es propiciar lo que coloquialmente se conoce como la ‘cultura del perro muerto’.

“Si lo llevamos a una cuestión un poco más técnica, el incremento de la morosidad, ese riesgo que representa para las empresas tener un gran porcentaje de usuarios morosos, se traslada a los precios de los servicios que reciben los consumidores y usuarios no morosos y que cumplen sus obligaciones”, advirtió.

A esto se suma el efecto sistémico de que si a los usuarios puntuales se le sobrecarga los costos originados por la morosidad de otros, entonces los primeros probablemente se vean incentivados a ser morosos también.

“Al final se produce un círculo vicioso bastante preocupante en términos económicos”, anotó.