Un estudio elaborado por el Osiptel de junio último -en pleno estado de emergencia- reveló que mientras Chile tuvo una velocidad en internet fijo de 108.2 megabits por segundo, Perú registró en dicho mes una velocidad de 27.9 megabits por segundo: lo que implica que el servicio de internet fijo del vecino del sur fue tres veces superior a la nuestra.
En el caso de internet móvil el panorama fue distinto: Perú alcanzó una velocidad promedio de 22.3 megabits por segundo mientras Chile tuvo una velocidad de 17.7 megabits por segundo.
Ante ello, ¿es posible llegar a los registros de Chile tomando en cuenta la demanda actual por internet fijo?
Para llegar a esos niveles se debería modificar la exigencia del regulador, incluida en el reglamento de Calidad de Servicios Públicos de Telecomunicaciones la que obliga a las empresas operadoras a garantizar como mínimo 40% de velocidad de internet móvil y fijo.
Un primer paso se dio desde el Ministerio de Transporte y Comunicaciones (MTC) cuando presentó para su análisis un proyecto que modificaba “los lineamientos de política de apertura del mercado de telecomunicaciones” la que aumentaba a 80% la velocidad mínima garantizada de acceso a internet en áreas urbanas.
¿Por qué no próspero la propuesta? “El comentario que emitió el Osiptel fue en contra de que el MTC dicte esta medida alegando que estos cambios son competencia exclusiva del regulador y que iban a emitir una decisión sobre el particular por lo que tuvimos que dejar la propuesta en stand-by”, explicó a Gestión.pe la viceministra de Comunicaciones, Virginia Nakagawa.
La funcionaria indicó que si bien esta es protestad del regulador, “el consumidor tiene derecho a elegir un mejor servicio sobre todo en tiempo de pandemia”.
“El consumidor tiene el derecho de elegir diferentes alternativas tarifarias. Desde nuestro punto de vista, en lo que es internet fijo no debería -salvo mejor opinión del Osiptel- existir un impacto económico (un repunte en las tarifas por aumentarse la velocidad mínima garantizada). En cambio, en internet móvil habría una evaluación mucho más detallada y prolija dado que un aumento de la velocidad demandaría un mayor número de antenas, lo que tendría un impacto en el precio”, especificó.
Rafael Muente, presidente del Osiptel, consideró -por el contrario- que un incremento en la velocidad mínima garantizada a 80% sí tendría un impacto sobre los precios, especialmente en el servicio de internet fijo.
“Aumentar la velocidad mínima garantizada puede generar un incremento del precio del servicio ya que garantizar más velocidad en corto plazo implica una mayor inversión en infraestructura y por ende un aumento de los costos, que no lo asume el Estado, por lo que las operadoras trasladarían a los usuarios. Ello se daría particularmente en el servicio de internet fijo debido a que el costo de la infraestructura es mucho mayor”, acotó a Gestión.pe
Muente remarcó, además, que antes de la pandemia el Perú -en comparación a otros países de la región- ha tenido una mejor velocidad comparada especialmente en el servicio de internet móvil. (Ver cuadro)
¿Se tiene previsto aumentar la velocidad mínima garantizada de internet? “No vemos razones para aumentar actualmente el porcentaje mínimo garantizado del servicio de internet fijo y móvil”, subrayó Muente tomando en cuenta -agregó- que antes del coronavirus las operadores móviles ofrecían una velocidad mayor a la contratada.
Igualmente consideró que no es el camino adecuado aumentar la velocidad mínima garantizada de internet por decreto, ya que la reacción del mercado será incrementar el precio sobre todo -remarcó- en el servicio de internet fijo debido a que demandaría una fuerte inversión si se desea migrar de la tecnología xDSL a la tecnología HFC (para cumplir con la velocidad mínima) que necesariamente impactará al usuario. “No es el momento de hacer ello, sobre todo en un contexto de pandemia”, indicó.
En el caso del mercado de internet movil dijo que el aumento de la velocidad mínima garantizada no tendría un efecto en la calidad ya que las operadoras -hasta antes de la pandemia- otorgaban una velocidad superior por efecto de la competencia.
Para Muente en este servicio no se daría -en primera instancia- un efecto sobre el precio, aunque sí demandaría a las empresas de la instalación de más antenas (teniendo en cuenta que el déficit bordea las 30,000 antenas) y contar con mayor espectro. (Ver cuadro)
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