Redacción Gestión

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Él mismo se cuestiona y se responde. "¿Podemos seguir reduciendo la pobreza sólo con el crecimiento económico? No", dice George Gray Molina, economista jefe para América Latina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El experto llegó al Perú para la "La economía política de la inclusión social en América Latina", organizada por la . Gestión.pe lo entrevistó sobre su ponencia titulada "Los límites de más de lo mismo".

¿Sólo el crecimiento económico acabará con la pobreza? y el Caribe tienen una década de crecimiento económico alto y de reducción de pobreza significativa. Los últimos datos de muestran una reducción de la pobreza de 58 millones de personas en los últimos diez años y quedan 167 millones de personas bajo la línea de pobreza. No a todos les ha caído por igual (el crecimiento). Hay incluidos y excluidos. Los primeros son particularmente varones de 25 a 49 años en sectores de servicios y de áreas urbanas. Y los segundos son jóvenes y mujeres, básicamente de poblaciones rurales.

Ahora, ¿podemos esperar más reducción de pobreza sólo con más ? Nosotros decimos que no. Creemos que vamos a tener que trabajar reformas estructurales que generen inclusión social y un piso mínimo de protección social universal. Y también fomentar la productividad de sectores que están generando mucho empleo, como el de servicio.

¿El Perú está apuntando a esos cambios? ha tenido un crecimiento económico bastante explosivo en los últimos años. Esto ha ocurrido con un balance entre inversión y consumo, que ha sido positivo para la reducción de pobreza, tanto por el lado de política económica y por el lado de política social. Esto es un poco distinto a lo que hemos visto en otros países, donde la reducción de pobreza sólo se enfoca en el crecimiento económico. Perú, y son países que han encontrado cierto equilibrio.

¿Cuál es la agenda pendiente de Perú?Lo que queda pendiente son enormes brechas urbanos-rurales. Y también la necesidad de un piso mínimo de inclusión social. Y ahí radica lo novedoso de , que apunta exactamente en el lugar donde aprieta el zapato. Es decir, sin ese piso mínimo de inclusión social uno no puede pensar en los saltos de productividad en los sectores populares de la economía como servicios y agricultura, entre otros que generan empleo e ingresos.

¿Cómo aumentar la productividad con altos niveles de desigualdad?Perú no es el único que enfrente este dilema, está tensión. Todos los países de la región que , de recursos naturales primarios, tienen el reto de diversificación productiva, pero no pueden dejar atrás a los más rezagados.

Si los eslabones más básicos de cualquier cadena de valor siguen con niveles de desnutrición y excluidos de educación, salud, protección social, cómo vamos a poder crear una buena cadena de valor en los niveles más altos de competitividad. Entonces, hay que trabajar en ambos flancos: en el frente del piso mínimo de inclusión social y también en el frente de productividad de los sectores grandes de la economía.

¿Qué sectores intensos en oferta de trabajo hay que potenciar?Particularmente el sector de servicios. Hoy en América Latina, cada dos de tres nuevos empleos se generan en el sector servicios. Es un sector al que no hemos prestado mucha atención en la última década, pero hoy cada vez se encierra una paradoja en el sector servicios. Genera mucho empleo, pero precario, de baja productividad, y esa paradoja va a marcar el reto económico de los próximos diez o veinte años. Hay sectores sensibles a esto como transporte, logística, te, hotelería, restaurante, de turismo, son susceptibles a esta trampa de baja productividad en el sector servicios.

¿La baja presión tributaria agudiza el problema?Con relación a otros países de la región tiene una presión tributaria relativamente baja o moderada. Eso genera mayor presión de que tenga más impacto redistributivo, por la poca recaudación que está juego. Ese será el reto de los próximos años, la generación de las condiciones para redistribuir más y aumentar la presión tributaria.

En otros países hemos visto una preponderancia de impuestos al valor agregado, impuestos que son regresivos, y poca importancia a impuestos directos o impuestos a industrias extractivas. Ese equilibrio va a tener que cambiar en toda la región, porque en el mediano plazo, en la medida que crecen las economías, dependen cada vez menos de la cooperación internacional.

¿Qué hacer para no caer en la trampa del ingreso medio?El primer paso es tener un diagnóstico certero sobre qué tipo de trampas de renta media enfrenta el Perú o América Latina. Y ahí podría mencionar la escuela asiática que encuentra que el aumento salarial ha generado una economía poco competitiva para la inserción internacional. En el caso latinoamericano, nosotros creemos que éste no es el caso. Que el aumento salarial más bien ha reducido la pobreza y la desigualdad en la última década, pero tenemos un problema de baja productividad.

¿La pugna por mejores salarios puede trabar la productividad?Para la economía promedio sí va a tener que ver un emparejamiento de productividad y retornos a las remuneraciones. Pero hay dos tipos de remuneraciones: al capital y a la mano de obra. Y lo que encontramos en los países latinoamericanos es que va bajando la tasa global de participación laboral en el producto interno bruto. Y sin embargo, van subiendo los salarios. ¿Cómo se explica esa paradoja? Es que el capital está teniendo un retorno económico más alto.

Pero también un aumento del salario mínimo puede tener un buen efecto en el mediano plazo en la medida que lo absorbe el sector intensivo en capital, en este caso las industrias extractivas. Es en el espacio manufacturero intensivos en tecnología donde quizá vamos a poder ver un sobrecalentamiento. Pero en los sectores extractistas hay mucho espacio.