Plusvalía de viviendas juega en favor de su compra como instrumento de inversión

Y es que según refiere José Rubén Velarde, director de Inversiones Inmobiliarias de la administradora general de fondos, la renta residencial tiene un futuro alentador en el país y, por eso, son cada vez más los peruanos que apuestan por comprar un departamento como instrumento de inversión.

Explica que la renta residencial ha mostrado retornos por encima de la media del mercado inmobiliario en los últimos años, incluso por encima del retorno que ofrecen otros activos.

“Estos retornos son de los más altos de la industria inmobiliaria, 9% -en promedio– en los últimos diez años. Si a esto le añadimos el factor riesgo, los activos de renta residencial resultan siendo las inversiones con el mejor perfil riesgo/retorno de la industria”, afirma.

Interés creciente

Por eso no resulta extraño, como revelaba no hace mucho un estudio de San Charbel Edificaciones e Inteligencia y Data Capeco (ID), que un 14.7% de los interesados en adquirir una vivienda afirmara que lo haría asumiendo el rol de inversionista. Es decir, comprará para alquilar.

En línea con lo revelado por dicho resultado, el crecimiento de la compra de departamentos al contado avalaría el creciente interés por la “inversión en ladrillo”.

Solo en el caso de Aurora Grupo Inmobiliario, hacia finales del 2020 las ventas al contado crecieron entre 15% y 20%, y aunque –como ha aclarado su gerente general Xavier Barrón de Olarte– depende del estado del proyecto, esta modalidad de compra cobró mayor protagonismo después de la pandemia.

“Siempre hemos mantenido un 10% de nuestras ventas como inversión y ninguno de nuestros proyectos arroja una tasa de retorno (TIR) de menos de 15% o 18% y eso conviene, aun si pagas un crédito hipotecario con una tasa de 6% o 7%. Así la TIR sea de 10% o 12%, hay un diferencial a favor”, aclara.

Por eso no sorprende que finalizado el 2020, las ventas al contado, que hasta antes de la pandemia oscilaban entre un 20% o 25%, hayan representado el 40% del total de sus colocaciones, mientras que el 60% se adquirió mediante un crédito hipotecario.

Y si en Aurora, el ratio de compradores/inversionistas representa el 10% de sus colocaciones totales, en Urbana Perú los resultados han sido más auspiciosos.

Según Humberto Marín, subgerente comercial de la filial peruana de la colombiana Colpatria, antes de la pandemia entre 10% y 12% de los departamentos vendidos por su firma eran adquiridos por un inversionista, pero a finales del año pasado dicho ratio mejoró notoriamente, llegando a representar entre un 20% y 22% de sus ventas.

Asegura, al igual que José Rubén Velarde, que la plusvalía de un inmueble es muy atractiva y en promedio se ubica en un rango de 4% a 5% por año, pero tiende a materializarse desde que el proyecto ha empezado a ser prevendido y, por esa razón, es muy probable que “durante los 30 meses que por lo general demora en desarrollarse un proyecto, se pueda lograr una revalorización inicial de entre 12% y 13%”.

A lo que habría que añadir, como señala el director de Inversiones Inmobiliarias de Credicorp Capital, que se trata de un activo mucho más seguro y menos concentrado que las oficinas, por lo que la amenaza de la vacancia no es un factor de riesgo en el segmento residencial.