Redacción Gestión

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De acuerdo a estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, el contrabando de cigarillos en el Perú representa el 18% de la venta total formal. El 100% de cigarrillos que ingresan al mercado peruano por contrabando se comercializan sueltos (por unidad) afectando directamente la formalización y buenas prácticas del negocio bodeguero en el Perú, advirtió , presidente de la Asociación de Bodegueros del Perú.

Explicó que en el 2013 se incautaron más de 20 millones de cigarrillos de contrabando y en lo que va del año 2014 se han incautado 200,000 cigarrillos de contrabando. Esta situación, dijo, perjudica directamente al bodeguero formal y lo orienta a la informalidad.

"Se ha detectado que las principales zonas por donde ingresa el cigarrillo de contrabando al Perú son Puno, Tumbes y Leticia (Iquitos). El contrabandista ingresa a países donde encuentra oportunidad o falta de controles como en el Perú", dijo.

Indicó que en el país los representan alrededor del 35% del mercado total, a pesar de estar prohibida su venta por ley, y no tienen advertencia sanitaria, ni son manipulados con normas de higiene.

Advirtió que esto representa un gran peligro para los consumidores, por lo que es labor del Estado y de las instituciones relacionadas velar por el control de este tipo de actos y no solo generar "normas publicitarias" para la venta formal.

"Todos nos vemos afectados con los cigarrillos que ingresan por contrabando, el Estado que no recauda impuestos y deja de percibir aproximadamente S/. 50 millones; los bodegueros, porque se promueve la informalidad en nuestro sector y genera pérdidas; y los consumidores, considerando que el cigarrillo por contrabando no tiene advertencia sanitaria", explicó.

Agregó que también existe una mala regulación del régimen de percepciones y señaló que el "aumento del impuesto indiscriminado" hace incrementar los precios de venta del cigarrillo formal, favoreciendo e incrementando el mercado ilegal que tiene precios bajos, además de la venta de cigarrillos sueltos.

"Estas medidas solo afectan al bodeguero formal que cumple la ley, si nosotros no ofrecemos el producto los consumidores tendrán que recurrir a la oferta ilegal, generando mayor contrabando, sin las advertencias sanitarias, venta por unidad y venta a menores de edad", expresó.

Indicó que la busca formalizar a las bodegas, pero la inacción ante el contrabando desalienta la formalidad del sector y hace que su labor sea más complicada.

Finalmente, manifestó que este problema se convierte en un tema social porque las bodegas no son grandes negocios, sino pequeños capitales de familias que ahorran para poder abrir una bodega.