Los salones de belleza del país habían alcanzado una recuperación aparentemente plena de sus ventas durante los últimos meses del año pasado, pero esta ha sido fugaz. La segunda ola de la pandemia vuelve a dejarlas sobre una cuerda que tiembla, según sostiene Víctor Hugo Montalvo, vocero de la asociación “Juntos por la Peluquería” y gerente general de Montalvo Group.
“Hacia fin de año nos fue súper bien. En noviembre alcanzamos ventas del 80% de los niveles prepandemia y en diciembre varios salones de belleza superaron el 100% de esos niveles. Pero ahora estamos bastante preocupados porque durante las primeras semanas de enero las ventas han retrocedido hasta 50% o 60% en comparación con enero del año pasado”, dijo a gestion.pe.
En este retroceso inciden el reavivado temor de la gente de contagiarse de COVID-19 y las nuevas restricciones horarias. En las 13 regiones donde el toque de queda empieza a las 9 p.m., como sucede en Lima Metropolitana, las peluquerías se ven obligadas a cerrar alrededor de las 7:30 p.m. Incluso más difícil es la situación en las ocho regiones donde la inmovilización social obligatoria se inicia a las 7 p.m., pues estos negocios cierran a las 5 p.m. En ambas circunstancias, su horario de atención se reduce al igual que sus ingresos.
Si la segunda ola continúa a este ritmo, muchas empresas se endeudarán y dentro de unos dos o tres meses algunas de ellas evaluarían cerrar parte de sus locales, advirtió Montalvo.
Tras volver a encender las secadoras en julio pasado, la recuperación de este sector ha sido lenta. Empezó con una facturación de entre 20% y 40% de lo que alcanzaba antes de la pandemia.
Como resultado, al menos la cuarta parte de las empresas del rubro (25%) cerraron de manera definitiva. Sin embargo, el número de peluquerías se recuperó parcialmente (en 5%), puesto que varios emprendedores encontraron atractivo este tipo de negocio de baja inversión y abrieron nuevos locales. En el balance, el universo de peluquerías se redujo en 20%.
Con respecto a los contratos de franquicias, Montalvo sostuvo que si bien las nuevas adquisiciones de estos derechos se han paralizado en las últimas semanas, hay mucha gente que está ansiosa por empezar un negocio de este tipo. En este grupo de emprendedores se encuentra gente que ha perdido su trabajo y desea autoemplearse, además de inversionistas que buscan seguir diversificando sus carteras.
Ventas de tratamientos de belleza
Como se desprende de lo indicado por el empresario, parte del público que se atendía en peluquerías hasta ahora no acude a ellas por temor a contagiarse o dejó de hacerlo ante la segunda ola.
La gente puede dejar de asistir a los salones de belleza, pero no de cuidar su apariencia. Por ello, las tiendas de productos cosméticos como su cadena Probela mantienen ventas relativamente altas. Según Montalvo, estas son del mismo nivel que antes de la pandemia. La gente adquiere estos productos, sobre todo tintes de cabello y shampoos especiales en tiendas como aquella para luego aplicárselos en casa. Además, estos productos también los adquieren los estilistas que brindan sus servicios a domicilio, cuyo número de ha incrementado durante la pandemia.
“El público estudiante de los institutos también era un importante comprador de estos productos, pero ellos aún no vuelven a las clases presenciales. Sin embargo, las ventas en negocios como Probela son del mismo nivel que antes de la pandemia, y eso es bastante”, aseguró.
Montalvo Group posee 25 tiendas de Probela a nivel nacional y planea abrir otras 15 este año, dada la importante demanda de insumos de alta gama para tratamientos de belleza. Con una inversión de S/ 3 millones tendrá 40 puntos de venta al terminar el año.