Foto: AP
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, capital del país asiático, pidió a los negocios estadounidenses que tengan intervención y se comuniquen con su Gobierno, al indicar que actualmente no se estaban llevando a cabo negociaciones para terminar con la disputa.

Previamente el jueves, advirtió que sus exportaciones de componentes para la industria de alta tecnología podrían verse perjudicadas si la disputa comercial entre y China escala, mientras que Pekín recortó sus previsiones sobre importaciones de soja y la moneda china bajó la inquietud sobre el conflicto arancelario.

"Esperamos que las firmas estadounidenses hagan más para presionar al Gobierno estadounidense y trabajen duro para defender sus propios intereses", dijo el portavoz del Ministerio de Comercio, Gao Feng, en una rueda de prensa.

Gao dijo que no se estaban realizando negociaciones entre ambas partes en la actualmente y añadió que "la precondición para sostener discusiones es la confianza. A partir de lo que sé, ambas partes no han estado en contacto para restaurar las conversaciones".

El miércoles, Pekín dijo que tomaría medidas en represalia luego de que el Gobierno del presidente amenazó con imponer aranceles de 10% sobre bienes chinos por US$ 200,000 millones , en una veloz escalada de la guerra comercial luego de tarifas que habían entrado en vigor recién el viernes.

Aunque las acciones chinas recuperaron sus fuertes pérdidas del lunes y el índice compuesto de Shanghái sumó 2.2 por ciento, el yuan cedió contra el dólar luego de que el banco central estableció un punto más bajo para la cotización de la moneda local.

aún tiene que explicar cómo responderá a la nueva ronda de aranceles estadounidenses que llevarán a 250,000 el valor total de bienes chinos gravados por el país norteamericano una vez que la última lista entre en vigencia tras su periodo de prueba de dos meses.

El año pasado, China sólo importó cerca de US$ 130,000 millones en bienes estadounidenses, de modo que para ejercer más presión podría elevar los aranceles que impone que recurrir a lo que llama medidas "cualitativas", que según temen las empresas de Estados Unidos podrían implicar represalias contra sus operaciones en la nación asiática.