(Foto: Manuel Melgar)
(Foto: Manuel Melgar)

Desde su despacho en el corazón de San Borja, la titular de Cultura, Patricia Balbuena, ahonda sobre los alcances que tendría la nueva ley del libro y que irían más allá de beneficios tributarios. El proyecto se encuentra en etapa final para su presentación en el Congreso.

Sobre la ley del libro, este año se amplió la exoneración de impuestos, ¿cuál es el siguiente paso?
La ley del libro debe tener dos pilares. La promoción a la lectura que implica cómo garantizamos el acceso al libro y que está involucrado con precios más accesibles, espacios de promoción de lectura y bibliotecas de formación, en Lima solo hay once que cumplen los estándares, las regiones no los tienen. Lo segundo es generar una industria editorial potente. Casi el 80% se sostiene en materiales educativos, o sea el que compra más libros es el Minedu. El consumo es escaso. Las editoriales no ganan por venta en librerías.

¿Sería posible tener exoneración permanente para que no se tenga que aprobar a plazos?
Lo que buscamos es promover una ley en la que los beneficios sean más focalizados. Ahora como que no tienen nombre, por esto queremos focalizarlos en los puntos más álgidos de la línea de producción editorial. A lo mejor el financiamiento de libros importados no sea tan potente sino (el que tenga relación con) libros de editoriales independientes.

¿Entonces hacia a dónde se ha previsto que apuntarían las exoneraciones?
Estamos identificando en la cadena dónde podemos focalizar o dónde pueden ser más potentes las exoneraciones. La idea de los beneficios es dónde se gatilla más, y en eso estamos haciendo un ejercicio con el MEF. Es decir, ver los datos, y si estos nos dicen que ya hay algo que camina por su cuenta, analizar dónde toca ir. Porque las exoneraciones tampoco son eternas, sino mientras se produzca el efecto deseado para luego reorientarlas a dónde más se necesitan. La apuesta más importante con el MEF es un fondo para la promoción de lectura.

¿Qué tendría como base el fondo previsto?
Serviría para promover el acceso al libro: bibliotecas, entre estas las digitales, espacios de lectura, rotación de libros, trabajo con gobiernos locales para que puedan construir también. O sea, orientar la inversión pública hacia infraestructura cultural.

¿Podría considerarse en este punto el mecanismo de obras por impuestos?
Obras por impuestos y todo lo que sea necesario. Queremos financiamiento público para bibliotecas. Estamos en un déficit de infraestructura cultural, que incluye el tema bibliotecas públicas. No puede ser que Lima tenga solo 11 que cumplan estándares. Y que en Perú se lea, en promedio, 0.8 libros por año. Hay que entender la lectura como parte del proceso educativo. El indicador de éxito de comprensión lectora debería redundar en más peruanos leyendo.

¿Cuándo se podría tener una ley del libro?
Nuestra expectativa es que este año tengamos ley del libro. El tema tributario no es el corazón de la norma, solo una estrategia para el consumo, porque queremos desplegar otras para garantizar una mirada más amplia.