(Reuters) Desde las plantaciones de paltas a las , los exportadores mexicanos que prosperaron con el Tratado de Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos se enfrentan a la posibilidad de un derrumbe de sus negocios si Donald Trump cumple sus amenazas de acabar con el acuerdo.

Trump, quien ganó inesperadamente las elecciones presidenciales de Estados Unidos el martes, ha dicho que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) avanzó a costa de los trabajadores estadounidenses y ha prometido renegociar o desechar el acuerdo, así como imponer aranceles.

Desde que el tratado entró en vigor en 1994, las exportaciones mexicanas a Estados Unidos se multiplicaron por seis a US$ 320,000 millones por año, transformando una economía cerrada en un centro de inversiones y en un lugar para instalar fábricas de grandes compañías transnacionales.

"No pudimos creer lo que estaba pasando delante de nuestros ojos", señaló Marcello Hinojosa, presidente de la cámara industrial Canacintra en la industrial Tijuana, al referirse al triunfo de Trump.

"Nuestro principal socio a quien le exportamos es Estados Unidos. Si esto desaparece vamos a tener un montón de desempleo, vamos a tener déficit comercial realmente grande", agregó Hinojosa, quien dirige una compañía que recoge residuos de fábricas.

Más al sur, en las afueras de la ciudad de León, Rosendo Castillo, director de negocios de la exportadora de cuero WYNY, cuya lista de clientes incluye a minoristas globales como Hugo Boss o Zara de Inditex, están preocupados por lo que pueda ocurrir con sus ventas.

"Esto realmente pondría en peligro los negocios", dijo Castillo, cuya empresa alcanzó ventas por US$ 120 millones el año pasado.

Trump ha amenazado con imponer aranceles de hasta 35% a los bienes fabricados en México y con acabar con el TLC si no puede renegociarlo porque lo considera "el peor acuerdo jamás hecho".

CarosSu victoria ha agregado presión a los fabricantes de autos y otros sectores que dependen del acuerdo.

Manuel Montoya, director del Cluster Automotriz de Nuevo León, estado fronterizo con Estados Unidos, dijo que el fin del TLC sería algo fatal para los integrantes de esta agrupación.

"Hoy los coches se fabrican en México US$ 3,000 más baratos que en Estados Unidos, yo no sé si los norteamericanos están dispuestos a pagar US$ 3,000 más por cada coche que compran", explicó Montoya.

Durante su campaña, Trump fustigó duramente a los grandes fabricantes de autos estadounidenses como General Motors Corp y Ford Motor Co por invertir en México y los amenazó con colocar aranceles por fabricar del lado mexicano automóviles que van dirigidos al mercado estadounidense.

Con el TLC, México se transformó en uno de los más grandes armadores de vehículos del mundo, volviéndose parte indispensable de la cadena de suministro mundial.

Ford dijo que esperaba trabajar con Trump "para apoyar el crecimiento económico y de empleos", mientras que GM dijo que esperaba trabajar con él en "políticas que apoyen una fuerte y competitiva base manufacturera estadounidense".

El TLC trajo resultados mixtos para la agricultura mexicana. El sensible sector perdió 1.9 millones de empleos entre 1991 y el 2007 ante la competencia de los agronegocios estadounidenses, de acuerdo con un estudio del Centro para Investigaciones Económica y Políticas del 2014.

Pero por otro lado hubo claros ganadores como los productores de palta, que desde el 2007 pudieron vender esta fruta, base del popular guacamole, al norte de la frontera, generando un auge de las exportaciones que algunos aseguran que frenó la emigración y la delincuencia en turbulentas regiones del país.

México exportó más de 771,000 toneladas de paltas a Estados Unidos en el 2015, seis veces más que una década antes, de acuerdo con el Consejo del Aguacate Hass.

Estados Unidos ha superado a México como primer consumidor de palta, dijo Ramón Paz, portavoz de un grupo de productores de la fruta en el occidental estado de Michoacán.

Paz manifestó que sus miembros estaban tan preocupados por el proteccionismo de Trump que contrataron cabilderos en Washington.

"Tenemos la expectativa que ese sea más lenguaje de campaña y que a la hora de aplicar políticas no sea tan radical en su acción como ha sido su discurso", dijo Paz. "No hay otro país que pueda surtir el mercado de Estados Unidos con el volumen de aguacate (palta) que el mercado consume", agregó.

Pero si Trump cumple, la producción tendría que orientarse hacia otros mercados como Europa, Canadá, Japón y China, agregó.

Además, los productores están preocupados por la posición de Trump acerca del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), un pacto entre 12 países que el presidente electo también ha prometido abandonar.

Este acuerdo permitiría a los productores de aguacate llegar a mercados nuevos como Australia.

El secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, dijo a Reuters que el Gobierno está dispuesto a dialogar con Trump sobre el tratado, pero aclaró que esto no implica una renegociación.