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Financiarse a largo plazo a coste cero, aunque sea a 'cero y algo', está al alcance de muy pocos países. Concretamente de tres, y ninguno de ellos comparte la misma divisa.

El hito de tiene precedentes mucho más remotos: los de y . La sempiterna sombra de la deflación en la economía nipona generaliza incluso las rentabilidades negativas a corto plazo.

Los efectos del 'Abenomics', la histórica batería de estímulos introducidos para alejar el fantasma de la deflación, mantienen el interés del bono japonés a diez años en el umbral del 0.5%.

Los costes de financiación de Suiza se sitúan incluso por debajo de los registrados en Japón. La deuda pública suiza, uno de los activos refugio preferidos por los inversores con un perfil más defensivo, cotiza con rentabilidades próximas al 0.45%.

Alemania se estrena en este selecto grupo gracias al reciente resurgir de la demanda por la deuda europea 'más segura'. La contracción del 0.2% en el PBI del segundo trimestre ha acelerado las expectativas de nuevos estímulos monetarios por parte del Banco Central Europeo. Por primera vez en la historia la rentabilidad del bund ha bajado del 1%.

A más corto plazo, las tasas negativas de interés alcanzan incluso a los bonos a dos años. Así sucede con la deuda de Alemania y Suiza, lo que supone que los inversores están dispuestos a renunciar a parte de sus ahorros a cambio del refugio que ofrecen las deudas de los dos países.

Próximos candidatosLa reciente oleada de mínimos históricos en las rentabilidades de la deuda pública europea ha alcanzado a potencias como Francia. Pero por sus bonos a diez años debe pagar aún un interés próximo al 1.4%.

Otras economías europeas están más cerca de alcanzar el umbral del 1%. En Holanda y en Finlandia la rentabilidad exigida a sus bonos a diez años se sitúa por debajo incluso del 1.2%. En Austria roza el 1,3%, mientras que en Dinamarca este porcentaje supera el 1.3% y se acerca al 1.4% que comparten Francia y Bélgica.

, pese a los actuales mínimos históricos, paga aún un 2.4% de interés para financiarse a diez años. Este porcentaje se sitúa justo en línea con la rentabilidad exigida a la deuda a diez años de la primera potencia mundial, .