Redacción Gestión

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La República de ColombiaRed Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

Más allá de la apuesta política, la es en esencia una estrategia para ampliar los mercados, profundizar el libre comercio y fortalecer la economía de los países miembros del bloque entre los que se encuentra Chile, Colombia, México y Perú.

Ello queda evidenciado en el grueso de los grupos técnicos que abordan temas como el comercio e integración, compras públicas, servicios y capitales, propiedad intelectual, pymes, transparencia fiscal internacional, turismo, entre otros.

La luz verde al componente comercial será dada el próximo lunes, cuando se firme en Cartagena el protocolo adicional al Acuerdo Marco de la Alianza del Pacífico, que incluye diversos aspectos en esta materia.

Con la entrada en vigencia del de 18 capítulos, se regulará el acceso a mercados, las reglas de origen, facilitación comercial, medidas sanitarias y fitosanitarias, obstáculos técnicos, compras públicas, servicios, inversión, entre otros aspectos.

Sin duda alguna, el acuerdo para la desgravación inmediata del 92% de bienes que circulan entre los países y la liberación arancelaria gradual para el 8% restante, es un logro hacia la libre circulación de bienes, servicios y capitales, con miras a fortalecer la competitividad del bloque.

Los mayores beneficios de la Alianza del Pacífico se darán en sectores de la agroindustria como la galletería y panadería, chocolatería, oleaginosas, alimentos para mascotas, carne de bovino cuando se tenga acceso sanitario, avicultura y productos lácteos.

Asimismo, la apertura comercial abriría un escenario para el sector de textiles y confecciones, tabaco, cosméticos y metalmecánica, por cuenta de las mejores reglas de origen y los avances en materia regulatoria.

Para el sector de cuero, calzado y marroquinería el escenario de la Alianza del Pacífico es de gran interés y proyección, por cuanto amplía el potencial de una mayor participación en el mercado internacional, debido a que la dinámica, profundidad y dimensión comercial del nuevo escenario representa un mercado de más de 200 millones de habitantes.

El protocolo también identificó potencial en exportaciones de software para Perú, México y Chile. Asimismo, en servicios de comunicación gráfica a México y servicios de ingeniería a Perú y Chile.

La libre circulación de bienes viene acompañada de seguridad jurídica y normas claras para promover el comercio de servicios y la inversión. Por ejemplo, en compras públicas, que será nuevo con Perú y se fortalecerá con México, se permitirá a las empresas colombianas licitar en igualdad de condiciones que las empresas locales y facilitar la contratación con los gobierno gracias a la mayor transparencia que exige el acuerdo.

El protocolo define, además, mecanismos de apoyo para asegurar que las pequeñas y medianas empresas se beneficien de las oportunidades que ofrecen la Alianza del Pacífico, como los foros para compartir experiencias y conocimiento entre empresarios, y mejores políticas públicas entre los gobiernos, para promover el comercio y desarrollo de este tipo de empresas que son mayoría en los países.

Ante esto, el economista y director del Centro de Competitividad de la Universidad del Rosario, Saúl Pineda, señaló que en sectores como la industria y la agroindustria tienen mucha relevancia la pequeña y mediana empresa, por lo que estas nuevas oportunidades comerciales "se traducen en generación de empleo e ingresos de calidad para las Pymes".

El agro colombiano está a la expectativa frente al acuerdo, pues teme que la liberación arancelaria traiga efectos negativos, por considerarse el sector más sensible. Precisamente, los productos agrícolas son los que han quedado en el 8% que se irán desgravando a largo plazo.

Entre ellos están el maíz, en el que se acordó un plazo de desgravación gradual de hasta 17 años con 12 de gracia; carne de bovino, 10 años con 5 de gracia; y carne de cerdo, 5 años de gracia.

Además, se negoció con México un arancel base más alto, desde el cual inicia la desgravación, de hasta 164% para el caso del sector avícola y del 80% para el sector de carne de bovino.

Un aspecto a resaltar es que después de 17 años el café y el banano podrán entrar libres de arancel a México, del cual se encuentran excluidos en la actualidad.Sin embargo, el tema agrario genera grandes interrogantes en los dirigentes gremiales. Es el caso del presidente de la Sociedad Agropecuaria de Colombia, Rafael Mejía, quien cuestiona con vehemencia la firma del protocolo comercial, pues afirma que "va en contra del sector agropecuario".

Según Mejía, la oportunidad de Colombia de competir en los mercados de los países del bloque es "inexistente" y a la fecha "el Gobierno no ha logrado mostrarnos comercialmente cuál es el beneficio ni ahora ni en el futuro".

La principal preocupación del dirigente tiene que ver con que con el protocolo "se quitan mecanismos de defensa como las salvaguardia", por lo que en caso de efectos negativos "no contamos con la posibilidad de protestar".

Por tanto,"la Alianza va a ser un limitante en los intereses comerciales de Colombia y, principalmente, del sector agropecuario", puntualiza el representante gremial.

Los encadenamientos productivos para penetrar el mercado de Asía-Pacífico, son una de las más ambiciosas apuestas de la Alianza del Pacífico y constituye una de las mayores alternativas para las empresas del país, en donde Colombia entre el insumo y otro país del bloque lo procesa.

Con Perú, por ejemplo, se han identificado nueve posibilidades de encadenamientos para poder entrar a los mercados de China y Japón, principalmente, con productos como el glicerol, envases de plástico para empacar espárragos y productos de la pesca de Perú.

En la misma dinámica se han detectado nueve casos con Chile para entrar al mercado de China, en sectores como piñas frescas y secas; a Japón con preparaciones alimenticias para compotas, jaleas y mermeladas, y envases de vidrio. A Australia con mezclas para cosméticos, insumos para fabricar papel y cartón multicapas; y a Nueva Zelanda con envases de plástico.

Para el economista Pineda, la posibilidad de que entre los países pueda haber una complementación productiva pensando en la inserción con productos de valor agregado e industriales en el Asia-Pacífico constituye la mayor oportunidad del tratado.

"La posibilidad de insertarse en cadenas de valor es tal vez lo más importante que el país debe aprovechar en un esquema como el de la Alianza del Pacífico", afirmó.

La dinámica de la Alianza del Pacífico y el potencial de crecimiento de los países miembros anima a pensar en un crecimiento económico debido al mejoramiento de los flujos comerciales y la inversión.

Los cuatro países de la Alianza representan alrededor del 41% de la inversión extranjera directa que llegó en 2012 a América Latina y su Producto Interno Bruto representó el 36% del PIB total de América Latina y el Caribe, para ese mismo año.

El Departamento Nacional de Planeación estima que la Alianza tendrá un impacto positivo en el Producto Interno Bruto de Colombia, generando un crecimiento adicional del 0,7%.

Además, los cálculos de la entidad le apuestan a un aumento de la inversión en el país del 1,4%. Asimismo, indica que las exportaciones crecerán un 0,9%; todo ello se vería reflejado en la creación de cerca de 44 mil puestos de trabajo.

Las exportaciones de Colombia a los demás miembros de la Alianza Pacífico en 2012 sumaron US$ 4.553 millones. De este total, a Chile se vendieron US$ 2.136 millones, a Perú US$ 1.582 millones y a México US$ 835 millones.

En tanto, las importaciones de Colombia desde la Alianza sumaron US$ 8.218 millones de dólares, de los cuales de México provienen US$ 6.355 millones, de Chile US$953 millones de dólares y de Perú US$ 910 millones.