La ley de sigue en el candelero. El representante de la (OPS/OMS) en Perú, , advirtió que los parámetros de la institución son una herramienta que ponen a disposición de los gobiernos para que los adapten, pero que no son de uso obligatorio, ni tampoco vinculantes.

Fijando así una posición contraria tanto del Colegio de Nutricionistas, de la Asociación de Consumidores (Aspec) y de la propia Sociedad Nacional de Industrias (SNI) quienes mostraron su protesta por el reglamento de la ley de , aprobada el último sábado, y los límites establecidos para las advertencias de alto en sodio, azúcar y grasas saturadas.

"El decreto supremo 007-2015, que fue aprobado por el y que luego fue derogado con el reglamento del última sábado, contenía un cuerpo de recomendaciones que pusimos a disposición del gobierno. En realidad todos nuestros documentos y recomendaciones, no son vinculantes, son herramientas que ponemos en manos de los Estados miembros para que desarrollen su cuerpo regulatorio y sus leyes", explicó durante su presentación en al Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso.

En esa línea, detalló que tanto bajo los estándares recomendados por la como por las del Minsa (especificados en el reglamento) muchos productos tendrían resultados altos para sal, azúcar y grasas saturadas. Aunque, también específico que algunos productos puedan no calzar con los mismos.

"El beneficio de tener un reglamento aprobado supera con mucho ese pequeño porcentaje de productos que escaparían a usar unos límites u otros. Obviamente estaría más feliz cuanto más se acerquen a los parámetros de la pero hay que pensar en términos de oportunidad histórica, de impacto en la salud pública y que es una urgencia la epidemia de sobrepeso y obesidad que estamos viviendo, con lo cual no se debería de desaprovechar de tener un reglamento que obviamente es mejorable, que puede aproximarse a los parámetros recomendados, pero sobre todo se puede acortar en los tiempos de implementación", remarcó.

El representante de la se mostró a favor de ajustes sobre todo en el tiempo establecido para su desarrollo.

"No hay una respuesta de cuál sería el tiempo ideal (para su implementación), a mí gustaría que fuera en un día, pero obviamente eso es imposible, ya que las empresas requieren de un tiempo para adaptarse así como el gobierno, a través de Digesa, para admitir esos nuevos registros, pero yo creo no debería pasarse de un plazo de 12 meses a un máximo de 18 meses (un año y medio)", especificó el especialista.

Para , las dos fases planteadas (para su implementación) deberían reducirse a un plazo máximo de 18 meses (un año y medio).

Consumo de comidas procesadasEl funcionario alertó que esta ley y su reglamentación son sumamente necesarias dado que en los últimos 13 años, específicamente entre el 2000 y 2013, el consumo de productos procesados en Perú se ha incrementado en 265%. Ante lo cual, opinó que también se debe vigilar qué pasa con las cadenas de comida rápida, pero "una cosa no quita a la otra".

"En este momento se está creando un reglamento para legislar una ley dedicada a los alimentos procesados, evidentemente no debe ser la única medida ya que esta ley y reglamento incorpora no solamente la calidad de los nutrientes, ya que habla también de hábitos de vida saludable, de los alimentos que se venden en los colegios, de la implementación de un observatorio. Por supuesto que harían falta muchas cosas más en Perú para una adecuada promoción de alimentación saludable", indicó.

Respecto al etiquetado para las advertencias de alto en grasas saturadas, sodio y azúcar, se mostró a favor de que estas se desarrollen en tono negro, es decir, que se note una simple advertencia. Ya que, explicó, de acuerdo a estudios realizados por la propia institución se ha establecido que para el consumidor este diseño es de fácil lectura y entendimiento, evitándose una información dual.

"Imagínese una famosa bebida que tenga una etiqueta verde porque no lleva sal o grasa pero tiene una etiqueta roja porque tiene mucha azúcar. Esa situación obliga hacer un proceso mental mucho más complejo. En cambio, un simple sello que diga alto en azúcar, alto en grasa o sal, lo va entender más rápidamente el consumidor", subrayó.

Finalmente, remarcó que en Chile – modelo que ha sido tomado en cuenta por el Perú para la implementación del reglamento – el consumidor ha modificado su actitud a comprar. "Cuando ve este sello grande (de alto en sodio, grasas saturadas o sal) se replantea y modifica su decisión final", puntualizó.

"Lo importan es que tenga una información comprensible. No nos quedemos únicamente en la reglamentación sino en promover hábitos de vida saludable", refutó.