Redacción Gestión

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El mundo se encuentra en una encrucijada histórica, advierte el economista de la Universidad de Nueva York, , ya que en una economía global donde el crecimiento está estancado y la productividad cae, los gobiernos deben impulsar políticas que inyecten dinamismo, pero las restricciones fiscales limitan el margen de maniobra.

A esto se suma el largo estancamiento que ha fomentado presiones sociales, y las autoridades deben reconocer estas demandas o se arriesgan a perder legitimidad, fomentando el avance de populismos.

"Todos los países, no sólo de la región, sino del mundo, afrontan el dilema de hacer reformas para aumentar el crecimiento potencial, pero en Latinoamérica la desigualdad de los ingresos históricamente ha sido muy alta, por lo que se requiere un crecimiento inclusivo que asegure que no sólo a las empresas y a las elites les vaya bien, sino también a la clase media y a los pobres", declaró al Diario Financiero de Chile.

Indicó que el desafío es que el margen para muchos de estos países es limitado y no puede haber un estímulo fiscal masivo.

"Dentro de los límites de lo disponible, las políticas deben reducir las distorsiones e impulsar el crecimiento, pero al mismo tiempo deben ser justas socialmente para que el apoyo popular a las reformas se mantenga", señaló.

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Mencionó que los países emergentes enfrentan vientos en contra que provienen de factores externos y que habrían ocurrido de cualquier forma sin importar qué gobiernos estuvieran al mando.

"Chile sigue siendo una de las mejores economías de la región, con una democracia muy estable, ya sea que haya un gobierno de centro derecha o de centro izquierda. No hay diferencias radicales en una dirección o la otra. Se mantiene el buen marco institucional en términos de política monetaria y fiscal", enfatizó.

Asimismo, mencionó que simpatiza con el hecho de que a través de Latinoamérica se deben encontrar maneras de hacer que el crecimiento sea más inclusivo porque de lo contrario, disminuye el apoyo social a las políticas de mercado.

"Pero se debe tener cuidado. Por ejemplo, el tema de la educación gratuita para todos podría parecer progresivo, pero hay un grupo de la población que tiene ingresos altos, que puede pagar, así que un sistema realmente progresivo sería uno en que se haga la educación más accesible para la mayoría y quizás gratuita para los que no pueden pagar. Pero no hay razón para subsidiar a los más ricos. A veces se convierte un poco en un eslogan decir educación gratuita para todos pero eso no es completamente progresivo", comentó.

El economista refirió que la región de Latinoamérica necesita energía y hay muchas fuentes disponibles. "En algunas regiones existe superávit y debería haber mayor colaboración entre los países y gobiernos para usarla de manera más eficiente, pero muchas veces eso no ocurre por factores políticos", anotó.

Roubini señaló que hay factores globales que están impactando por igual a Latinoamérica que al resto de los mercados emergentes.

"Las tres grandes fuerzas que entre 2003 y 2013 impulsaron el crecimiento se dieron vuelta y ahora lo están frenando", comentó.

La primera gran fuerza es que China no va a volver a crecer a una tasa de 10%, sino que estará entre 5% y 6% en el mejor de los casos. La segunda gran fuerza es el súper ciclo de los commodities que ya terminó, no sólo por China, sino porque muchos productores invirtieron en nueva capacidad.

"Por último, la Reserva Federal de Estados Unidos terminó su política de alivio cuantitativo y ahora comenzó a subir las tasas y eso está provocando un flujo de salida de capitales desde los emergentes", añadió.

También consideró que muchos gobiernos de la región equivocaron el camino con políticas monetarias, fiscales y de crédito demasiado laxas, y algunos estaban muy frágiles, con déficit gemelos de cuenta corriente y fiscal, inflación por sobre la meta, menor crecimiento.

"Ahora han tenido que apretarse el cinturón con endurecimientos monetario y fiscal, lo que es necesario para el crecimiento, pero doloroso", declaró.

Agregó que muchas economías de la región no sólo no hicieron las reformas estructurales necesarias para incrementar el crecimiento, sino que se alejaron de ellas y se movieron hacia modelos basados en el papel del Estado, que ejerció mucha influencia a través de las empresas públicas, en la asignación del crédito, el ahorro y las inversiones.

"Se enfocaron en la industrialización por sustitución de importaciones, y eso frenó el crecimiento", puntualizó.

En ese sentido, manifestó que el nuevo gobierno en Brasil puede traer cambios pero serán modestos en un ambiente global negativo. "Habrá elecciones en 2018 y cuando el próximo gobierno asuma tendrá un mandato más fuerte para modificar leyes y hacer reformas un poco más rápido", dijo.

En Argentina, continuó, hubo un cambio para mejor y las cosas que está haciendo el nuevo gobierno son correctas, pero implican un desmantelamiento doloroso, por lo tanto, va a ser un año complicado.

"No se puede hacer generalizaciones con todos los países de la región. Algunos están mejor en términos de políticas económicas estructurales y de ambiente, como Chile y Perú, pero igual son afectados por factores globales como los commodities y China", anotó.

Consultado sobre el triunfo de Pedro Pablo Kuczynski en las elecciones en Perú, enfatizó que la buena noticia es que el nuevo presidente es una figura respetada en los círculos financieros internacionales.

"Quiere (PPK) hacer algunas de las reformas estructurales que son necesarias. Las políticas que se van a implementar van en la dirección correcta", concluyó.

Finalmente, negó que vaya a ocurrir otra crisis global como la del 2008, ya que su escenario base es un crecimiento global moderado este año, quizás incluso por debajo de 3%, aunque será ligeramente más alto en los mercados emergentes y probablemente por debajo en los avanzados.

"Aun cuando el crecimiento ha sido decepcionante, la economía global sigue en recuperación. En el mundo desarrollado ha habido un doloroso proceso de desapalancamiento y por eso el crecimiento ha sido bajo. Por supuesto hay varios riesgos potenciales", advirtió.

Entre esos riesgos están el panorama en China, el cual tendrá "un aterrizaje con sacudidas". "La excesiva acumulación de deuda llevará a una desaceleración, pero no a un colapso, porque aún tiene herramientas de política que le permiten que el ajuste sea gradual. El crecimiento potencial de China a fines de esta década será, en el mejor escenario, de 5%", afirmó.

La mala noticia es que este crecimiento tendrá efectos negativos para los exportadores de commodities y la buena es que no será un crecimiento nulo.

"Respecto de la Fed, ha habido preocupación de que suba las tasas demasiado rápido, pero ha señalado que el ritmo de normalización será más lento. Habría a lo más una o dos alzas este año", aseveró.

Aunque Roubini dijo que la Fed podría aplicar un alza en julio, pero si los datos están débiles esperará hasta septiembre o hasta después de las elecciones, en diciembre.

"Si se saltan junio y julio habrá sólo un alza este año, en septiembre o diciembre. Si los datos son sólidos, podrían subir las tasas en julio y luego nuevamente en diciembre. Pero serán cautelosos", acotó.