La agencia de calificación crediticia no espera una “desviación sustancial” de la actual postura política del Perú sobre la gestión macroeconómica, luego de la renuncia de a la presidencia del Perú y la asunción al cargo de

La rápida transición es señal de una en el país, reduciendo el riesgo de incertidumbre política en caso se hubiera convocado elecciones anticipadas, dijo Moody’s.

“Por ahora, mantenemos nuestros pronósticos de referencia para el Perú de un crecimiento del 3.5% en 2018-19, y no anticipamos cambios en la calificación A3 del país y las perspectivas estables como resultado del cambio en la presidencia”, anotó la agencia en un comunicado.

Moody’s resaltó que si bien la actual podría afectar la confianza empresarial y el desempeño económico en general, disminuyendo la inversión privada en los segmentos corporativos del país, esto no afectará gravemente el comercio e industria del país.

La incertidumbre económica y política también podría afectar la confianza del consumidor, lo que provocaría una desaceleración en el consumo, pero la flexibilidad geográfica y de productos ayudará a los productores de bienes envasados como Alicorp (Baa3 estable) y minoristas como InRetail Consumer (Ba1 negativo) a mantener en gran parte intactas su calidad crediticia y calificaciones.

Solo las empresas de materiales de construcción se enfrentan a un riesgo inmediato de posibles retrasos en grandes proyectos de infraestructura.

Es probable que la cartera de proyectos de infraestructura del Perú enfrente más demoras a corto plazo debido a la renuncia del expresidente Kuczynski, pero Moody’s espera que la inversión en infraestructura, incluidas las alianzas público privadas (APP), siga siendo una prioridad para el gobierno.

A pesar de la crisis política, la sólida trayectoria y el marco institucional del Perú seguirán apuntalando su inversión en infraestructura.

Los grandes proyectos en curso, como la línea ferroviaria Linea 2 del Metro de Lima y las instalaciones para los Juegos Panamericanos 2019, beneficiarán a la economía peruana y es poco probable que se retrasen o cancelen.

Asimismo, se procederá a reconstruir la infraestructura dañada por el severo fenómeno costero de El Niño del 2017, en función del alto riesgo político de cancelarla. Dichos cambios debilitarían principalmente a las empresas de materiales de construcción, como Unacem (Ba2 estable).

Además, Moody’s espera cambios significativos en términos de políticas o regulación para industrias tales como minería o infraestructura.

Sin embargo, los cambios en el gabinete de la nueva administración podrían dar lugar a retrasos en la asignación de los proyectos que se encuentran actualmente en tramitación y es poco probable que se lleven a cabo nuevas reformas.

Aunque Moody's anticipa una estabilidad relativa en el 2018, la incertidumbre política y el aumento del riesgo geopolítico pueden retrasar las decisiones de inversión a largo plazo.

La minería domina gran parte de la inversión privada en la industria peruana y las grandes inversiones privadas en los últimos años han ayudado a aumentar el desarrollo de sus minas en el país, convirtiendo al Perú en el segundo mayor productor mundial de cobre, zinc y plata.

Pero los proyectos mineros requieren un uso intensivo de capital y son a largo plazo por naturaleza, y los inversionistas pueden retrasar otros grandes proyectos tomando una actitud de “esperar y ver qué pasa” durante un período de inestabilidad política.

Las incertidumbres económicas y políticas también podrían afectar la confianza de los consumidores, ralentizar el consumo y posiblemente obstaculizar el crecimiento de los minoristas peruanos. Aun así, el sector de consumo del Perú tiende a ser bastante resistente en tiempos de volatilidad económica.

La mayoría de los peruanos reciben salarios diarios, y sus gastos menores representan una gran porción del consumo peruano. Además, las compañías con calificación como InRetail y Alicorp han demostrado ser eficientes, con atractivas propuestas de valor y la capacidad de ajustar sus carteras de productos durante recesiones económicas.

Muchas empresas de consumo peruanas también tienen ventas y operaciones internacionales que compensarían parcialmente el menor consumo en el Perú. Aunque la mayoría de las empresas orientadas al consumidor experimentarían márgenes y generación de efectivo más débiles si la economía se enfriara, Moody’s aún espera que sus perfiles de crédito y calificaciones permanecerán en línea con los de hoy.

Las empresas de materiales de construcción como Unacem y Pacasmayo (sin calificación) también se benefician de la estructura de la economía peruana, ya que el cemento de alto margen representa aproximadamente el 70% de las ventas de materiales de construcción en el país. Sin embargo, las menores inversiones en sus segmentos de cemento a granel y concreto que representan el saldo retrasarán las ganancias en línea con las expectativas en el 2019 para ambas compañías.

Pacasmayo se beneficia directamente de la reconstrucción posterior a El Niño en Perú, y Unacem de la construcción relacionada con los próximos Juegos Panamericanos y la Linea 2 del Metro de Lima. Sin embargo, si la inversión disminuye en medio de una prolongada incertidumbre política, ambas compañías experimentarían una caída en las ventas, como lo habían hecho en el periodo 2015-17, retrasando aún más su recuperación a los niveles del 2014.

Las métricas de crédito más débiles de lo anticipado ejercerían una presión considerable sobre la calidad crediticia y la calificación de Unacem.

Por último, Moody’s dijo esperar un impacto mínimo del cambio político peruano en industrias más estables como las telecomunicaciones. E incluso en la gran industria pesquera del Perú, esencialmente todas las ventas son exportaciones y, por lo tanto, es poco probable que sufran por un cambio político.