Mohamed A. El-Erian (Foto: eleconomista.es)
Mohamed A. El-Erian (Foto: eleconomista.es)

Por Mohamed A. El-Erian(*) 

Desde hace al menos dos semanas, se puede entender que los operadores y los inversionistas se sientan abrumados por la información, que ha sido de múltiples colores. Prácticamente todos los días, se han visto enfrentados a alguna combinación de ganancias corporativas y noticias económicas que afectan al mercado, complementadas por señales de política e influencias técnicas volátiles opuestas.

Por confusa que pueda parecer esta situación, habla de una transición fundamental en los mercados que he descrito antes.

Tiene dos características principales: una creciente divergencia en el desempeño económico y corporativo, así como de políticas; y una creciente dispersión en las valoraciones de los activos. Ambas están apuntaladas por temas macro que se desarrollan en tiempo real.

Esto se aprecia mejor, y se controla mejor a futuro, a través de un conjunto de recientes acontecimientos e influencias del mercado, los que se enmarcan dentro de tres amplias categorías que hablan de los indicadores fundamentales corporativos y de países, políticas e influencias técnicas en los mercados.

Indicadores económicos y corporativos fundamentales

Los datos que se han publicado recientemente confirman que la economía de Estados Unidos supera cada vez más a otros países avanzados a pesar de su duración. Actualmente, va camino a la expansión más prolongada de la que se tenga registro.

El PBI de Estados Unidos creció 4.1% en el segundo trimestre del año mientras que la eurozona se desaceleró a su tasa más débil en dos años. Y aunque parte del aumento en el crecimiento de Estados Unidos se debió a factores puntuales, el buen estado subyacente de la economía fue confirmado por el informe de empleo del viernes pasado.

La tasa de creación de empleo de tres meses, de poco más de 220,000 empleos al mes, es impresionante, y es probable que dé lugar a un fuerte desempeño económico a medida que repuntan el crecimiento salarial (en 2.7%) y, ojalá, la participación en la fuerza de trabajo (62.9%). Hay una posibilidad real de que el rendimiento económico superior de Estados Unidos se vea reflejado en un aumento en el crecimiento tanto real como potencial.

La creciente divergencia en el rendimiento económico de los países avanzados ha estado acompañada por un fenómeno similar en los mercados emergentes. Los factores internos económicos y de política que separan a los países se han visto agravados por el impacto de las sanciones tanto concretas como temidas, particularmente para China y Turquía.

En el caso de China, ya ha llevado a los políticos a intensificar la implementación de estímulos monetarios y fiscales en las últimas dos semanas.

En el mundo corporativo, la atención de los mercados se ha extendido mucho más allá de las tradicionales cifras relacionadas con las ganancias y los ingresos, incluido en el sector de la tecnología.

Como resultado, muchos inversionistas han tenido que enfrentar la realidad evidente de que no todas las "FANG" –acrónimo con que se conoce a Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google– son lo mismo.

Con eso, se ha prestado mucha atención a la participación y otros indicadores de anticipación, abriendo una brecha entre el rendimiento de las acciones de Amazon y Apple (cuya capitalización de mercado fue la primera en traspasar el hito del billón de dólares) y las de Twitter y Facebook (que sufrieron la mayor pérdida en un día en su capitalización de mercado en la historia de los mercados bursátiles).

Señales de política

Si bien las tendencias económicas y corporativas divergentes no son nuevas, su creciente impacto en los precios de los activos se explica en parte por lo que está sucediendo en el lado de las políticas, tanto para los bancos centrales como para el comercio.

En las últimas dos semanas, los mercados han recibido más confirmación de la creciente brecha no solo en la normalización de la política monetaria, sino también en la confianza que tiene cada uno de los bancos centrales sistémicamente importantes cuando se trata de mantener el comportamiento ordenado del mercado de bonos.

Por un lado, la Reserva Federal confirmó la semana pasada su intención de continuar elevando las tasas, aseguró que el "sólido" desempeño económico nacional permitirá que Estados Unidos ignore la debilidad en el exterior y la incertidumbre sobre el régimen del comercio internacional.

En el proceso, los responsables de las políticas dejan de lado las preocupaciones sobre los diferenciales de las tasas de interés altas frente a otros países avanzados, una curva de rendimiento plana, un dólar más fuerte, mayor volatilidad en los mercados de renta fija y la presión de los mensajes del presidente Donald Trump en Twittter.

Por otro lado, las últimas dos semanas de reuniones de alto nivel en Europa y Japón han puesto de relieve una mayor vacilación política por parte de esos bancos centrales, así como una disposición bastante explícita por asegurar a los mercados que sus políticas seguirán siendo estimulantes.

En el caso del Banco Central Europeo, esto ha incluido orientar a los mercados para traducir el lenguaje general del calendario del primer aumento de tasas ("durante el verano" del 2019) a una estimación puntual más específica y prudente (la de octubre).

Para el Banco de Japón, y a pesar de la presión del sistema bancario, los responsables de las políticas contrarrestaron con firmeza las señales de que estaban considerando la relajación del techo de los rendimientos de los bonos del gobierno a 10 años dentro de su estrategia general de manejo de la curva de rendimiento.

La política comercial también ha sido objeto de divergencia después de un período en el que Estados Unidos se inclinó hacia un enfoque bastante generalizado de los aranceles, tanto en términos de palabras como de acción, apuntando a sus principales socios comerciales.

Europa y Estados Unidos aparentemente hicieron una pausa en su guerra comercial. Si bien el acuerdo entre Trump y el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, carece de suficientes detalles, podría abrir la puerta a un enfoque más coordinado entre la UE y Estados Unidos de los reclamos comunes relacionados con la postura de China hacia los derechos de propiedad intelectual, requisitos de empresas conjuntas y otros asuntos no arancelarios. Esto, a su vez, mejora el posible final positivo de un "momento Reagan" para el régimen del comercio internacional.

Por otro lado, ha habido poca relajación durante las últimas dos semanas en la dura retórica arancelaria entre China y Estados Unidos.

Por el contrario, cada gobierno ha amenazado al otro con medidas adicionales que llevarían a ambos países más cerca de una guerra comercial total. Y las ocasionales señales de voluntad en ambos lados para reanudar las negociaciones comerciales por el momento no han tenido éxito.

Influencias técnicas

No es sorprendente que las influencias técnicas hayan amplificado el impacto tanto de la liquidez global que retrocede a una tasa más diferenciada y de la creciente divergencia en los indicadores fundamentales económicos y corporativos, así como la política comercial.

Esto ha sido particularmente evidente en "las transacciones abarrotadas", donde sorpresas aparentemente pequeñas han llevado a movimientos aparentemente excesivos en los precios de los activos. Solo mire las acciones de Facebook que han caído cerca de 20% después de la publicación de su informe de ganancias trimestrales.

Con la creciente dispersión en el rendimiento del mercado, las empresas ahora están bajo una presión aún mayor para comunicarse de una manera más oportuna y efectiva. Esto se refuerza aún más con el análisis de Bank of America Merrill Lynch que muestra respuestas asimétricas del mercado a las publicaciones de resultados.

Como resumió los hallazgos Stephen Gandel, de Bloomberg Opinion: "Las acciones de las empresas que han informado ingresos y ganancias peores de lo esperado... han caído un promedio de 3.6% el día de negociación siguiente... Eso es mucho más de lo habitual".

En el espacio de renta fija, los operadores parecen más dispuestos a someter a prueba el compromiso en materia de política de algunos bancos centrales. Este es particularmente el caso de Japón, tanto en el período previo como en el período posterior a la última reunión de política.

En solo siete días, esto obligó al Banco de Japón a realizar tres intervenciones de mercado para limitar los rendimientos de los bonos y, después de la reacción inicial instintiva a las reuniones de política, la renovada voluntad de los mercados para volver a poner a prueba el compromiso replanteado de los responsables de las políticas.

Conclusión

Después de dos semanas extremadamente activas, este enfoque triple de comprensión de las influencias del mercado puede ayudar tanto a operadores como a inversionistas a separar la señal del ruido. Y la señal es extremadamente poderosa pero simple. Ya ha dado atractivas oportunidades.

Piense en la semana pasada como la confirmación de la transición de las reconfortantes nociones de crecimiento global sincronizado y la amplia inyección de liquidez por parte de los bancos centrales. 

Claramente, ahora hay mucha más diversidad en el desempeño económico/corporativo/de políticas y una mayor dispersión en el comportamiento de los precios de los activos de lo que en general se creía.

En el largo plazo, la selección de seguridad individual dominará cada vez más las exposiciones globales del mercado. La fase ocasional de los excesos ocasionados por factores técnicos proporcionará interesantes aperturas tácticas. Y todo esto da como resultado un paisaje que debería ser mucho más atractivo y remunerativo para la gestión de inversión activa versus pasiva.

(*) Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.

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