El proyecto apunta a 1,820 emprendimientos productivos. (Foto: GEC)
El proyecto apunta a 1,820 emprendimientos productivos. (Foto: GEC)

El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) invertirá en este año un total de S/ 225.1 millones en 1,820 emprendimientos productivos que favorecerán a más de 36,400 hogares en pobreza y pobreza extrema de las áreas rurales.

Dicha inversión, que apunta a lograr la salida permanente de la pobreza, será ejecutada por el Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social (Foncodes) por medio de su proyecto Haku Wiñay / Noa Jayatai, dedicado a promover emprendimientos rurales.

Haku Wiñay (en la sierra) / Noa Jayatai (en la selva) ha sumado indicadores positivos a lo largo de los años, lo cual impulsa un proceso de articulación y complementariedad de las inversiones y acciones del Poder Ejecutivo, gobiernos regionales y municipalidades para lograr la salida permanente de la pobreza.

La titular del Midis, Ariela Luna, detalló que el proyecto Haku Wiñay brinda asistencia técnica a los hogares más pobres de las zonas rurales para trabajar primero su agricultura de subsistencia y luego emprendimientos familiares que les permitan ligarse al mercado.

“De esta forma, las familias tendrán ingresos autónomos, es decir, ya no dependerán de los programas sociales ni de las transferencias condicionadas. Es el primer paso para salir de la pobreza y mantenerse fuera de ella”, señaló la titular del Midis.

Resultados

Haku Wiñay / Noa Jayatai (“Vamos a crecer” en idioma quechua y shipibo-conibo, respectivamente) se ejecuta en 1,847 centros poblados, de 482 distritos, 145 provincias y 23 departamentos del país.

Desde el año 2012 a la fecha, 246 394 familias usuarias del proyecto en las comunidades rurales de la sierra y la selva trabajan en el desarrollo de proyectos productivos, con una inversión de S/ 1,144 millones.

El proyecto tiene cuatro componentes: fortalecimiento y consolidación de los sistemas de producción familiar, mejora de la vivienda saludable, promoción de negocios rurales inclusivos, y fomento de capacidades financieras.

Se implementa por un periodo de tres años a través de Núcleos Ejecutores, es decir, con la población usuaria organizada. Durante ese tiempo, las familias obtienen la capacitación y asistencia técnica de los yachachiq (el que sabe y enseña) y de especialistas en desarrollo rural.

“El primer año el proyecto ayuda a las familias a organizar su casa, su huerto familiar para agricultura de subsistencia y les implementa la cocina mejorada. De cada 100 hogares que tienen esa intervención, veinte familias pasan a la etapa de emprendimientos, los cuales requieren asociatividad y ligarse al mercado, primero local y luego regional. Así las familias mejoran sus ingresos”, agregó la ministra Luna.