EFE.- El Mercado Común del Sur (Mercosur) celebró hoy su cumbre semestral con un renovado impulso a su agenda comercial, con la que busca dinamizar los intercambios dentro del bloque y ganar nuevos mercados externos, un asunto que en parte quedó eclipsado por el debate sobre la crisis venezolana.

"La cumbre de Mendoza (Argentina) será recordada como el marco del esfuerzo del rescate de la vocación original de nuestro bloque", dijo el presidente brasileño, Michel Temer, al asumir hoy la presidencia rotativa del Mercosur, fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay con vistas a crear una unión aduanera.

Ese objetivo fundacional había perdido impulso en los últimos años, en parte por la preponderancia que ganó la agenda política del bloque, pero también por una serie de disputas comerciales entre los socios a partir de medidas proteccionistas adoptadas al calor de la crisis global.

Casi un centenar de barreras comerciales fueron identificadas en la primera mitad del año, bajo la presidencia argentina del bloque, y gracias al compromiso político de los Gobiernos del Mercosur, más afines a la apertura comercial, ya se han logrado levantar cerca de un 70% de esas medidas.

Tras casi un año y medio sin cumbres de jefes de Estado en el Mercosur, el anfitrión de la cita en Mendoza, el presidente argentino, Mauricio Macri, llamó a sus colegas a ser capaces de resolver esta etapa de "frustración" para alcanzar todo el "potencial" de su integración.

En un plenario al que asistieron, además de Temer, los presidentes de Uruguay, Tabaré Vázquez, de Paraguay, Horacio Cartes, de Chile, Michelle Bachelet, y de Bolivia, Evo Morales, Macri llamó al Mercosur a ser un "actor central" a la hora de abordar los "desafíos" internacionales y de "distribuir los beneficios de la globalización".

Entre los logros de esta cumbre, destacan la suscripción de un protocolo de cooperación y facilitación de inversiones dentro del Mercosur y el compromiso para firmar antes de fin de año un acuerdo en materia de compras gubernamentales.

Pero sin dudas los avances más subrayados están en las negociaciones externas, en particular con la Unión Europea (UE), con la que, tras nuevas rondas de conversaciones en el primer semestre, el Mercosur podría firmar un acuerdo de libre comercio antes de finales de este año.

Además, se destaca el inicio de la negociación para un acuerdo de libre comercio con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), que integran Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, y la exploración de posibles negociaciones con otros países, como Canadá.

También la aproximación con la Alianza del Pacífico, integrada por Chile, Perú, Colombia y México, países que enviaron representantes a esta cumbre.

"No debemos ver en esta alianza un contrapeso o una competencia, sino una complementación para incorporarse a cadenas regionales de producción, disminuir barreras al comercio y adoptar estándares comunes", dijo Tabaré Vázquez sobre el acercamiento con la Alianza del Pacífico.

La cita en Mendoza se saldó con varias declaraciones conjuntas del los Estados partes del bloque (Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil) y sus asociados (Chile, Perú, Colombia, Ecuador, Guayana, Surinam y Bolivia, este último en proceso de adhesión plena).

Entre estas declaraciones, destaca una de corte comercial, abogando por el fortalecimiento del sistema internacional de intercambios con la Organización Mundial del Comercio como "piedra angular" de ese proceso.

La agenda económica del bloque quedó en parte eclipsada en esta cumbre por un asunto de carácter político: la severa crisis institucional y social que atraviesa Venezuela, país que ya fue suspendido como miembro pleno del Mercosur en diciembre pasado.

El Mercosur instó hoy al país caribeño a restablecer el "orden institucional" y le envió una nota al Gobierno de Nicolás Maduro para abrir una línea de diálogo que, de no producirse, podría llevar al bloque suramericano a la adopción de medidas adicionales con Caracas.