(Bloomberg).- El mercado bursátil 2017 ¿es una celebración de las promesas presidenciales de Donald Trump o el subproducto de influencias anteriores a su elección? Una cohorte de estrategas de Wall Street se inclina por esto último.

Sí, las acciones comenzaron a subir horas después de su victoria, y sí, rara vez han bajado desde entonces en tanto los indicadores de la confianza empresarial hicieron explosión. Pero un pilar de la recuperación viene fortaleciéndose desde hace meses con escasa ayuda de la rama ejecutiva.

Son las ganancias corporativas, que después de un colapso de 18 meses están empezando a crecer con la solidez que caracterizó los primeros seis años del mercado alcista. Los incentivos presidenciales están muy bien, pero para algunos alcistas de Wall Street no constituyen la razón por la cual la ganancia del Índice S&P 500 se apresta a subir más que en ningún otro momento desde el 2010.

"Es evidente que este proceso reflacionario ya estaba encaminado antes de Trump", escribió Jonathan Golub, estratega principal de valores en RBC Capital Markets, en una nota la semana pasada. "Si bien los precios de las acciones avanzaron los días posteriores a la elección, hay otras fuerzas que explican mejor la tendencia más amplia".

Nadie dice que las propuestas de Trump no ayudaron. Pero según Golub, la creación de 2.25 millones de empleos nuevos en los últimos 12 meses está presionando los salarios al alza y muestra signos de fortalecer la economía, en tanto cada expansión del 1% en el producto interno bruto se traduce en un aumento de 2 ½ puntos porcentuales en las ventas del S&P 500.

Para Golub, las ganancias del S&P 500 subirán desde US$ 115 la acción en el 2016 hasta US$ 128 este año.

En general, los analistas de títulos y valores consultados por Bloomberg predicen que las empresas en el S&P 500 ganarán US$ 130.70 en el 2017, lo cual representa un 12% más que el año pasado y un vuelco respecto de las caídas de los beneficios sufridas en el 2015 y 2016.

Los pronósticos, que repuntan desde marzo, reflejan las opiniones de miles de analistas bursátiles individuales que en general no incorporan el discurso político a sus predicciones, según Alan Gayle de Ridgeworth Investments.

"Las compañías adoptaron un montón de medidas de autoayuda para restablecer la rentabilidad dentro del repunte económico existente, lo cual constituye la razón clave de que los mercados tuvieran cierto impulso antes de la elección", dijo por teléfono Gayle, estratega sénior en Ridgeworth, con sede en Atlanta, que tiene bajo su gestión alrededor de US$ 40,000 millones.

"Es lo que están viendo los analistas, ya que es difícil basar las estimaciones en el resultado de una política".

La recuperación de 10% desde la elección de noviembre no refleja tanto las expectativas de que Trump invertirá en infraestructura y rebajará impuestos, sino más bien un mercado de trabajo en mejores condiciones que ha creado un "efecto de riqueza que pasó a la economía", dice Bill Schultz, quien tiene a su cargo US$ 1,200 millones como director de inversiones de MacQueen, Ball & Associates Inc.

Los datos demostraron que en enero los empleadores sumaron el mayor número de empleos en cuatro meses. Además, una cantidad de estadounidenses inferior a la pronosticada presentó solicitudes de beneficios por desempleo la semana pasada.

Por su parte, los consumidores y las pequeñas empresas son más alcistas con respecto a las perspectivas de crecimiento económico que en todo el tiempo transcurrido desde el 2004.