Los bonos vendidos por un aeropuerto de Ciudad de México de US$ 13,000 millones que nunca se construyó se están disparando nuevamente ante un regreso de los turistas.
Los bonos denominados en dólares de Mexico City Airport Trust registraron el tercer mejor rendimiento en los últimos 90 días en un índice de crédito latinoamericano de Bloomberg Barclays. Si bien el fideicomiso administra la deuda vendida para construir un aeropuerto que fue desestimado en el 2018, se financia con las tarifas que pagan los pasajeros en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la capital.
Los US$ 2,100 millones en bonos con vencimiento en el 2047 del fideicomiso, calificados un nivel por encima de grado especulativo por Moody’s, alcanzaron en estos días los 103.6 centavos por dólar después de caer a 80.5 centavos en septiembre por la propagación de la pandemia. El virus impidió los viajes, lo que llevó a Grupo Aeroméxico SAB, la segunda aerolínea del país, a la bancarrota y provocó preocupación entre inversionistas de que el Gobierno tendría que retrasar los pagos a los bonistas del fideicomiso.
Más recientemente, los viajes han comenzado a cobrar ritmo nuevamente. El total de pasajeros de Aeroméxico subió a 1.1 millones en diciembre, en comparación con 708,000 en setiembre y 926,000 en noviembre. El mayor rival de la aerolínea, Controladora Vuela Cía de Aviación SAB de CV, ampliamente conocida como Volaris, registró 1.8 millones de pasajeros el mes pasado, frente a los 1.3 millones de setiembre.
“No se requiere mucho tráfico para mejorar rápidamente los ingresos por tarifas de pasajeros para los bonos del aeropuerto”, dijo Roger Horn, estratega senior de mercados emergentes de SMBC Nikko Securities America en Nueva York.
Más de dos millones de personas viajaron vía el aeropuerto Benito Juárez en noviembre. Es la mayor cantidad desde marzo, aunque sigue siendo menos de la mitad de los 4.3 millones de viajeros que hubo en noviembre del 2019.
Los inversionistas se han dado cuenta de que la confianza no ha colapsado, dijo Aaron Gifford, analista de T Rowe Price en Baltimore, quien identificó el repunte en septiembre.
“Nuestros cálculos sugirieron, y aún sugieren, que la posición de liquidez es suficiente para capear la tormenta”, dijo. “De hecho, la recuperación ha sido más rápida de lo que esperábamos”.
El diferencial frente al soberano mexicano, de aproximadamente 146 puntos básicos, más el fuerte apoyo del Gobierno son parte clave del atractivo de los bonos, dijo. Incluso si el Gobierno necesita inyectar capital, probablemente será algo mínimo, según Gifford.
Un portavoz de la Secretaría de Hacienda no comentó sobre una posible inyección de capital.
La deuda corporativa mexicana bajó la semana pasada. La deuda soberana denominada en dólares y pesos también se debilitó, mientras que la curva swap de TIIE se empinó dado que los datos de inflación de diciembre disminuyeron hacia el nivel objetivo de 3% del banco central, lo que impulsó las apuestas sobre una nueva flexibilización.