Redacción Gestión

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(Bloomberg).- En la última década, y la compañía petrolera estatal Petróleos de Venezuela SA vendieron US$ 65,000 millones de bonos denominados en dólares sin haber visto un solo centavo.

Recibieron dinero, desde luego, pero no dólares. Para proteger las reservas de divisas mientras inyectaban una muy necesaria moneda dura en la economía, el gobierno, PDVSA y el banco central vendieron deuda a inversores locales a cambio de bolívares.

Los compradores luego vendieron los pagarés en el extranjero para obtener moneda estadounidense, que se ha vuelto escasa en momentos en que Venezuela trata de limitar la fuga de capitales.

En vista de que US$ 4,500 millones de deuda vencen este mes y las reservas se encuentran en el nivel más bajo en once años, Venezuela se está dando cuenta de que las ventas de bonos en realidad no le permitieron ganar demasiado tiempo y por el contrario están exacerbando una escasez de efectivo que profundiza los temores de que el país entre en cesación de pagos.

Los bonos del país cayeron 9.5% en el último mes, la mayor baja de los mercados emergentes.

"Los bonos se vendían como un mecanismo de moneda extranjera y luego se vendían con un importante descuento, de modo que el gobierno tiene un gran pasivo en divisas y absolutamente ninguna recompensa por esas ventas", dijo telefónicamente David Rees, economista de Capital Economics de Londres.

Venezuela debe pagar mañana US$ 1,500 millones de deuda en dólares, el primero de dos pagos que deberá efectuar este mes. PDVSA también debe pagar US$ 3,000 millones de un bono que vence el 28 de octubre. Las reservas del país cayeron US$ 1,800 millones el 3 de octubre, a US$ 20,000 millones, incluidos unos US$ 15,000 millones de oro. Es la caída más pronunciada en cuatro años.

Escasez de dólaresLa oficina de prensa del Ministerio de Finanzas no accedió a formular comentarios sobre los bonos de Venezuela. Renny Bolívar, funcionario de finanzas de PDVSA, no respondió dos llamados telefónicos y un correo electrónico en los que se le pedían declaraciones.

Crece la preocupación de que Venezuela tenga dificultades para cumplir con el pago de deudas en tanto su menguante reserva de dólares provoque escasez de todo tipo de productos, de medicamentos básicos a desodorante, la economía se contraiga y la inflación, actualmente en 63.4%, llegue a ser la más alta del mundo.

Si bien Venezuela y PDVSA tomaron en préstamo sumas que superan el producto interno bruto de Uruguay en la última década, el dinero se utilizó para financiar el aumento del gasto del gobierno en obras públicas. Los desembolsos llevaron a Venezuela a registrar el mayor déficit de presupuesto del mundo en los últimos tres años como porcentaje del producto interno bruto, según el Fondo Monetario Internacional.

"El dinero fue a ingeniería social", dijo telefónicamente desde Miami Kathryn Rooney, analista de Bulltick Capital Markets. "Fue a financiar gastos corrientes. PDVSA no invirtió adecuadamente para aumentar la producción. El dinero se gasta o se derrocha a través de la corrupción".