(Bloomberg) Es probable que el oro se negocie a corto plazo en una banda de entre US$ 1,200 y US$ 1,300 por onza en tanto el metal sigue las tasas de interés reales de los Estados Unidos, según la unidad de administración patrimonial de UBS Group.

"No estamos diciendo que somos alcistas ni que somos bajistas", dijo el martes en una entrevista Wayne Gordon, el director ejecutivo de materias primas y divisas.

"Lo que decimos es que, en un plano táctico, habría que comprar (oro) en torno de los US$1.200 y luego venderlo en alrededor de US$1.300. Eso se debe a que pensamos en la influencia de las tasas reales. Por eso al aumento de las tasas nominales le seguirá un incremento de la inflación".

El oro trepó casi 9% en el primer trimestre del año, impulsado por temores respecto de la presidencia de Donald Trump y por riesgos geopolíticos. Los precios han caído desde entonces y en junio de este año experimentaron su primera declinación mensual.

El metal tuvo el lunes la mayor caída en una sola jornada desde noviembre en tanto los rendimientos de bonos y acciones aumentaron ante datos positivos sobre la manufactura estadounidense.

Si el desempleo sigue declinando en EE.UU. y la Reserva Federal continúa subiendo las tasas de interés independientemente de lo que indiquen los datos sobre inflación, eso será negativo para el oro a corto plazo, dijo Gordon.

De todos modos, la fuerte demanda de este año y la menor producción, sumadas a un dólar más bajo, son elementos positivos para los precios, dijo. Si las valuaciones de las acciones empiezan a bajar, los inversores también podrían volcarse al oro, agregó.

Asimismo, el oro podría actuar como seguro si el mercado laboral no da muestras de más mejoras en EE.UU. y la inflación no aumenta, lo cual podría llevar a la Fed a hacer una pausa en su camino de endurecimiento. Lo mismo sucedería si el crecimiento global se desacelera, dijo Gordon.

"Nos gusta el elemento asegurador del oro ante perspectivas inciertas en este tipo de niveles", añadió.