Bloomberg.- Conforme declina la influencia petrolera de Venezuela, sus primos latinoamericanos no pierden tiempo y llenan el vacío.

Brasil, México y la pequeña Guyana, con mucha ayuda de la estadounidense Exxon Mobil, se disponen a liberar enormes reservas que podrían aumentar en una medida sin precedente la importancia de la región como proveedora, lo que cambiaría el orden mundial del petróleo.

Ello se debe a que los gobernantes hacen todo lo que pueden por instrumentar políticas favorables al mercado a fin de atraer miles de millones de dólares de inversiones en los próximos años por parte de empresas como Exxon y otras grandes compañías de distintos lugares del mundo.

Pero hay un problema, y grande: los gobernantes de México y Brasil pronto podrían verse reemplazados por populistas que, al igual que el extinto líder venezolano Hugo Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro, podrían desalentar a las grandes compañías petroleras.

"Lo que vemos es una nueva apertura petrolera", dijo Francisco Monaldi, investigador en energía latinoamericana de la Universidad Rice en Houston. "La pregunta es si esta vez va a ser diferente.

Con gobiernos débiles en ambos países y la posibilidad de que se elija a un populista en México y quién sabe a quién en Brasil, se teme que parte de eso se revierta".

Brasil, México y Venezuela controlan en conjunto uno de cada cinco barriles de las reservas conocidas del mundo, según datos de BP en Londres. En realidad, la proporción es mayor, y podría ser alarmante, ya que buena parte de los yacimientos brasileños y mexicanos aún no se ha explorado a conciencia y Exxon ha dicho que apenas ha arañado la superficie en Guyana.

Hace 10 años, Venezuela y México extraían más de 3 millones de barriles por día y Brasil era un nuevo jugador luego de descubrimientos sin precedentes en aguas muy distantes de las playas de Río de Janeiro.

Ahora se desarrolla una nueva historia.

Mientras la compañía petrolera estatal de Venezuela lucha por sobrevivir en momentos en que sus exportaciones a EE.UU. cayeron en agosto al menor nivel en 14 años, la brasileña Petróleo Brasileiro y Petróleos Mexicanos recurren a recortes, ventas de activos y proyectos conjuntos con grandes empresas petroleras para recomponerse luego de años de elevado endeudamiento, bajos precios del petróleo y turbulencia política.

Tanto Pemex como Petrobras tienen acceso a enormes reservas de crudo no explotado. Ninguna de las dos, sin embargo, está en posición de explotarlas, lo que torna la cuestión política aún más importante. México necesita expertos extranjeros porque los trabajadores locales tienen poca experiencia en perforación en aguas profundas. Brasil tiene mano de obra calificada, pero carece del dinero necesario para concretar grandes proyectos.

Los tiempos, sin embargo, podrían ser un problema en ambos casos. En México, un importante candidato presidencial ha asegurado que pondrá fin a las históricas reformas energéticas que desmantelaron 75 años de monopolio gubernamental que impedía la exploración extranjera.

En Brasil, el actual presidente y su programa de reformas se han visto debilitados como consecuencia de acusaciones de corrupción. En ambos países habrá elecciones nacionales el año próximo.