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Los inversores están a punto de descubrir si las compañías petroleras más grandes del mundo aprendieron la lección tras sobrecostos de US$ 80,000 millones en importantes proyectos durante la era del crudo a US$ 100.

Del gas natural licuado en Mozambique al petróleo de aguas profundas en Guyana, las empresas de energía más grandes del mundo se preparan para aprobar la primera serie de megaproyectos desde el derrumbe de los precios del 2014, dijeron en un informe analistas de Wood Mackenzie Ltd. entre los que se contaba Angus Rodger.

Las firmas autorizarán un gasto de unos US$ 300,000 millones para esos emprendimientos en el 2019 y 2020, más que en los tres años comprendidos entre el 2015 y 2017 sumados.

Ese gasto será la primera prueba real de la disciplina de capital que las compañías de energía juran haber adoptado después de la caída del petróleo, cuando redujeron sus ambiciones y comenzaron a completar proyectos puntualmente y por debajo del presupuesto.

Antes de la caída, los 15 mayores proyectos de petróleo y gas tuvieron en conjunto un sobrecosto respecto del presupuesto de US$ 80,000 millones, lo que redujo los retornos de los inversores, dijo Rodger.

“Las empresas petroleras han mejorado su desempeño en los proyectos pequeños pero ¿pueden hacerlo en los grandes?” preguntó Rodger en una entrevista telefónica desde Singapur. “Hay un enorme potencial de alzas si pueden mostrar un éxito sostenido en cuanto a la disciplina de capital conforme aumenten los precios del petróleo. Podrían ofrecer los mejores retornos en una década”.

Sobrecostos
Varios años de un precio del petróleo de más de US$ 100 a comienzos de esta década impulsaron a las compañías a abordar proyectos enormes y complicados para extraer la mayor cantidad posible de ese crudo y ese gas valiosos, explicó Rodger.

Eso dio lugar a desarrollos como el proyecto de GNL Gorgon de Chevron Corp. en la lejana Isla de Barrow, en el oeste de Australia, donde los costos se dispararon de los US$ 37,000 millones previstos a US$ 54,000 millones.

Los sobrecostos de los proyectos aprobados entre el 2008 y 2014 diluyeron los retornos a 12 por ciento en promedio, frente al 19% proyectado en el momento de la inversión, según Wood Mackenzie.

“Las compañías petroleras ya tenían un historial de mala gestión de los proyectos y sumarle a eso un petróleo a US$ 100 fue como echar gasolina al fuego”, dijo Rodger. “Los costos se salieron de control”.

Los retornos débiles y el derrumbe de los precios del petróleo que comenzó en el 2014 obligaron a las compañías de energía a repensar su forma de gastar. Comenzaron a apuntar a yacimientos más pequeños o expansiones de proyectos existentes que eran más baratos y podían terminarse más rápido. Los yacimientos aprobados desde el 2014 en promedio se han completado antes de lo programado y con un gasto inferior al presupuesto, informó Wood Mackenzie.

Si bien la escasez de megaproyectos contribuyó a que los precios de la energía se recuperaran, en tanto el petróleo y el GNL volvieron este año a los niveles más altos desde el 2014, nuevamente se necesitan grandes inversiones, dijo Rodger. Lo que es incierto es si la disciplina de costos que aplicaron las compañías de energía a los proyectos pequeños puede repetirse a una escala mucho mayor.