Los precios del metal, considerado un indicador de la salud económica, subieron más temprano a US$ 5,200. (Foto: AFP)
Los precios del metal, considerado un indicador de la salud económica, subieron más temprano a US$ 5,200. (Foto: AFP)

Los precios del cobre subían este martes y tocaron un máximo de cuatro semanas, elevados por las alteraciones en el suministro por el coronavirus y por expectativas de una mayor demanda, aunque el avance era limitado porque se temía que ese optimismo fuera prematuro.

A las 1056 GMT, el cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME por sus siglas en inglés) ganaba un 2.7% a US$ 5,154 la tonelada. Los precios del metal, considerado un indicador de la salud económica, subieron más temprano a US$ 5,200, pico desde el 17 de marzo.

"Algunas personas están convencidas de que las cosas están mejorando y se están posicionando de acuerdo a eso, pero una recuperación en forma de 'V' podría resultar ser sólo una ilusión", advirtió Peter Fertig, analista de Quantitative Commodity Research.

China está partiendo, pero estamos lejos de una normalización; las alzas en los precios podrían estar adelantándose a la realidad económica”.

El gigante asiático es el mayor consumidor mundial de cobre y de otros metales industriales. Los mercados se alegraron la semana pasada por un sondeo a gerentes de compra que mostró un aumento de la actividad fabril en marzo tras el desplome de febrero.

Pero analistas afirman que la consulta no cuantifica la fuerza del repunte y que no es probable que la producción industrial -sumamente enlazada con la demanda por metales- retorne pronto a los niveles previos al brote de coronavirus.

La minera peruana Antamina, controlada por BHP Billiton y Glencore, anunció el lunes una “parada estratégica” durante dos semanas para tomar medidas de seguridad y adaptar sus operaciones para cuando termine una cuarentena en el país por el nuevo coronavirus.

Las importaciones de cobre bruto de China crecieron en marzo un 13% respecto al mismo período del año pasado, ante la reactivación de la actividad en fábricas y por un menor suministro de chatarra de cobre, que aumentó la demanda por otras formas del metal.