(Foto USI)

La deuda pueden llevar a un Estado a la bancarrota pero también generar un efecto positivo. Se puede invertir en deudas y con ello ayudar a reactivar la economía. Pero, ¿dónde hay que poner el límite? ¿Cuándo dejar de endeudarse?

Imagine un mundo en el que nadie pudiera pedir un préstamo: ni casa, ni auto y posiblemente tampoco regalos por Navidad.

La posibilidad de tomar prestado dinero es vital.

De hecho, mucho de lo que tomamos prestado es "deuda buena", cuando el pago de esa deuda es asumible y nos ayuda a pagar algo con el tiempo, como las hipotecas.

El problema aparece cuando las deudas se salen de control y no puedes pagar lo que debes. Eso es la conocida como deuda "mala".

¿Cómo puedes distinguir unas de otras? ¿Cómo saber si es un problema?

Primero, necesitas saber más sobre el tipo de deuda que tienes.

Deuda garantizada

Algunas deudas están garantizadas por una propiedad, lo que significa que si dejas de pagarlas, puedes perder el bien en cuestión.

En el caso de las hipotecas, por ejemplo, el banco te puede forzar a vender tu casa.

En el caso de un préstamo para un vehículo, el prestamista se puede llevar tu auto.

Dado que este tipo de deudas están ligadas a grandes bienes —como viviendas o vehículos— es importante priorizar el pago de estas.

Disfrute más videos de