El Departamento de Energía de piensa a pequeña escala para salvar a la asediada industria del carbón, literalmente.

La agencia quiere gastar US$175 millones en un programa que incluiría el diseño de al menos dos centrales eléctricas a carbón de tamaño reducido. Las unidades tendrían una capacidad de aproximadamente 200 megavatios, cerca de un tercio del tamaño de un generador típico que utiliza carbón.

Steven Winberg, el subsecretario de combustibles fósiles, dijo a los periodistas en una conferencia sobre energía en Houston la semana pasada que las mini plantas podrían encenderse más rápidamente que las más grandes.

Eso les permitiría suavizar las fluctuaciones en una red eléctrica que depende cada vez más de las fuentes de energía renovables, como la eólica y la solar, las cuales están sujetas a las fluctuaciones relacionadas con el clima.

El concepto dejó perplejos a muchos en las industrias del carbón y las concesionarias de energía eléctrica y suscita la oposición de los grupos ecologistas.

"Construir una nueva planta de carbón hoy es una mala idea, y la construcción de pequeñas plantas a carbón modulares es una idea especialmente mala", dijo John Walke, director del Clean Air Project en el Natural Resources Defense Council. "Son igual de sucias y los costos simplemente no cierran".

Pero la propuesta cuenta con el respaldo del magnate de la industria del carbón y aliado de Trump, Bob Murray, máximo responsable de Murray Energy Corp., la mayor minera de carbón de EE.UU. El ejecutivo incluyó la tecnología en una lista de prioridades de política que le dio a Trump.

“Representa un pensamiento novedoso", dijo Murray. "Creo que es una idea maravillosa".

El concepto subraya la promesa del presidente de ayudar a la industria del carbón, que ha sufrido una recesión prolongada por la competencia del gas natural barato. Casi 270 centrales térmicas de carbón han cerrado o han sido designadas para su retiro desde el 2010, incluidas 22 desde que Trump asumió la presidencia, según Sierra Club, un grupo ambientalista.

Resiliencia
La propuesta se conoce después de que la Comisión Federal Reguladora de la Energía rechazó otra iniciativa a favor del carbón del secretario de Energía, Rick Perry, quien pidió pagar más a las plantas a carbón para mantenerlas en funcionamiento, lo que –según dijo– era necesario para garantizar la resiliencia de la red eléctrica.

Las plantas a carbón más pequeñas pueden aumentar el abastecimiento casi de inmediato cuando se necesita agregar rápidamente electricidad a la red, algo que las grandes plantas de carbón no fueron construidas para hacer, dijo James Wood, quien se desempeñó como subsecretario adjunto en la Oficina de Energía Fósil del Departamento de Energía durante el Gobierno de Barack Obama.

La American Coalition for Clean Coal Electricity, que representa compañías como American Electric Power Co. y Peabody Energy Corp., está buscando más información sobre la propuesta, dijo Michelle Bloodworth, directora de operaciones del grupo.

"Según mi entendimiento limitado, no hay plantas de este tipo en EE.UU., razón por la cual esta investigación del Departamento de Energía es importante", dijo Bloodworth en un correo electrónico. "Tener unidades más pequeñas, flexibles en cuanto a su capacidad de aumentar el suministro, será importante para la flota de carbón en el futuro".

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