Mohamed A. El-Erian
Mohamed A. El-Erian

Al dar señales de sus intenciones de implantar una política más restrictiva, que fueron más allá del consenso del mercado, el Banco de Inglaterra hizo más que transmitir sus puntos de vista actualizados sobre la economía del Reino Unido y las perspectivas de ajuste de la política monetaria. También destacó el cambio gradual en curso por parte de los bancos centrales en los países avanzados hacia políticas menos expansivas.

Esta evolución tiene sentido, dadas las condiciones económicas internas. No ha sido alterada por la actual volatilidad del mercado. Pero también plantea preguntas interesantes a nivel general del sistema que no tienen respuestas definitivas, al menos no aún.

El Banco de Inglaterra siguió el jueves el camino de sus pares en otros países al elevar las proyecciones de crecimiento económico. Al comentar sobre las implicaciones en la política, el gobernador Mark Carney dijo que "es probable que sea necesario elevar las tasas de interés en un grado limitado en un proceso gradual, pero [mi énfasis] en cierta medida antes y en mayor proporción de lo que habíamos pensado en noviembre".

Eso llevó a los mercados a apresurarse a revisar sus expectativas de un alza de tasas en mayo, lo que condujo a una apreciación de la libra esterlina.

Aunque reflejan principalmente consideraciones a nivel nacional, las señales económicas y de política del Banco de Inglaterra confirman dos mensajes que otros bancos centrales también han propuesto: el mundo continúa beneficiándose, al menos a corto plazo, de un repunte sincronizado en el crecimiento económico. Y no se espera que la actual ola de volatilidad del mercado tenga un impacto adverso en la actividad económica.

Todo esto es coherente con un cambio mayor, aunque gradual y cauteloso, en el paradigma que se aplica a los bancos centrales en los países avanzados a medida que se alejan de la política monetaria expansiva que se ha implementado durante años utilizando medidas no convencionales.

El Banco de Inglaterra ocupa el segundo lugar después de la Reserva Federal en este viaje, mientras el Banco Central Europeo y el Banco de Japón están en la parte inferior de la lista.

Este cambio muestra una mayor confianza en las perspectivas de crecimiento del mundo avanzado, así como en la capacidad de los bancos centrales para abandonar de manera ordenada lo que se ha convertido en una dependencia prolongada de medidas que amenazan con provocar daños colaterales y consecuencias no deseadas.

También es evidencia de la fe en la resiliencia subyacente del sistema financiero, y en las perspectivas de mejorar los indicadores fundamentales para validar los precios elevados de los activos a lo largo del tiempo.

Pero también conlleva una gran incertidumbre. Nadie sabe con certeza cómo reaccionará la economía global y ciertos mercados financieros si varios bancos centrales de influencia sistémica retiran un estímulo excepcional al mismo tiempo.

La experiencia reciente favorable de la Fed (específicamente, suspender ordenadamente sus compras de activos, elevar las tasas varias veces, preparar al mercado para tres alzas más en 2017 y presentar un plan para la reducción del balance) es muestra de que una "una bella normalización" es posible para el banco central más poderoso e influyente del mundo.

Sin embargo, nadie sabe con certeza cómo respondería el sistema si varias de sus contrapartes de importancia sistémica siguieran este camino.

Dada la cautela política actual del Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco Popular de China, este no es un problema inmediato para la economía y los mercados globales. De cara al futuro, no se espera que esta preocupación se disipe porque estos bancos centrales se sientan cómodos aliviando la dependencia prolongada de medidas no convencionales.

Más bien, se espera que las implicaciones colectivas de tal acción se vuelvan menos preocupantes porque la economía global lo está haciendo aún mejor que hoy en términos de crecimiento real y potencial.

Por Mohamed A. El-Erian

Esta columna no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o Bloomberg LP y sus dueños.