Los hasta ahora han tenido un año turbulento en el contexto de una escalada de la , el aumento de los costos de endeudamiento y crisis tóxicas en Argentina y Turquía. Sin embargo, un sector conocido del mercado podría estar a punto de ofrecer cierto alivio.

Las materias primas, históricamente el motor más importante de los activos de los países en desarrollo, tuvieron un papel central tanto en la caída del 2015 como en el alza del 2016. Sin embargo, desde enero de este año han estado en segundo plano en tanto las consecuencias de la política comercial de debilitan el interés de los países que dependen de las exportaciones para su crecimiento.

Ahora eso está cambiando. Las materias primas están recuperando su importancia como indicador de a dónde se dirige el mundo emergente. Eso importa porque podrían contribuir a impulsar los precios si hay una recuperación o cuando la haya.

El precio del , en particular, tiene un profundo impacto en los mercados emergentes. Exportadores como Rusia, Colombia y México se benefician cuando el crudo se encarece y los importadores como China, India y Corea del Sur obtienen ventajas cuando los precios bajan.

Esa relación explica por qué las compañías de energía tienen el mejor desempeño en el Índice de acciones en este trimestre. Eso es evidente por el gráfico de rotación relativa del índice de referencia, que compara el desempeño y el impulso de subgrupos de la industria con el mercado general y muestra que el índice energético es el que más ventaja lleva según ambas mediciones.

Pero hay una particularidad. A saber, lo que funciona para las acciones no necesariamente funciona para las monedas. La ola de ventas de este año en los mercados de divisas se ha visto impulsada sobre todo por el nerviosismo de los inversores respecto del ritmo de los aumentos de tasas de la Reserva Federal y el fin de las medidas de estímulo.

Si bien la decisión de Trump de abandonar el acuerdo nuclear con Irán contribuyó a que el petróleo aumentara, los mismos factores geopolíticos llevaron a la aversión al riesgo en los mercados cambiarios.

Como resultado de ello, la correlación entre el petróleo y las monedas de las economías emergentes no asiáticas –donde se encuentran los mayores exportadores- ha caído al nivel más bajo en cuatro años. Pese al aumento de 18% del precio del crudo este año, 22 de las 24 monedas de mercados emergentes que sigue Bloomberg sufren caídas, incluidas las de Rusia y Colombia.

No obstante, el petróleo podría ser un caso aparte en lo que hace a las materias primas que influyen en las monedas. De hecho, los metales son más relevantes.

El , por ejemplo, se mueve cada vez más en consonancia con las monedas de los países en desarrollo. Los operadores interpretarán el aumento de 2.4% de este mes, el mejor del 2018, como una señal de que los dos activos tienen más probabilidades de subir en forma conjunta. Los alcistas del cobre ya prevén que los precios repuntarán debido a la gran cantidad de posiciones cortas.