Redacción Gestión

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El miedo es una percepción del riesgo. Mientras más cercano se percibe un riesgo, más miedo genera en las personas. La reacción más natural frente a ello es huir y buscar "refugiarse". Esto es lo que sucede con todos los , según dijo , director de estudios financieros de .

"La gente reacciona por lo que ocurre hoy. Cuando todo el mundo está asustado y huye, realizan su pérdida", indicó. El miedo lleva a que los inversionistas tomen decisiones que van a afectar negativamente su capital. La clave para evitar esto: Difundir la cultura de inversiones.

"Hay que enseñarle a la gente que, cuando cae, no significa que ha perdido su plata. Su plata sigue ahí, lo que tiene que hacer es quedarse y esperar a que se recupere el valor. Si vende su acción, ya hizo su pérdida. Tiene que esperar y ser paciente. Estadísticamente, está demostrado en todas las bolsas del mundo que las inversiones de mediano y largo plazo siempre son rentables", sostuvo.

Entonces, ¿cómo manejar las situaciones de miedo? Este sentimiento, aunque no es controlable, es discernible y permite ser interpretado. Por ello, el especialista recomendó reaccionar apuntando a ganar.

"Por ejemplo, se produce un terremoto. Yo muero de miedo y corro, pero de repente manejo mi miedo y traigo carpas para los damnificados. Ya convertí el miedo en una posición de ganancia", señaló. "Los miedos podemos convertirlos en victorias. No dejemos de tener miedo, pero hay que darle la vuelta y convertirlo en ganacias".

Este tipo de oportunidades están presentes siempre y en todos los ámbitos, pero hay que saber identificarlas. Un ejemplo es que un alza en el precio del petróleo tiene un efecto particular en el Perú: hace subir el tipo de cambio real y esto es una oportunidad que los exportadores no saben aprovechar.

Reformas en el mercadoEl experto resaltó el hecho de que un más desarrollado no va a protegernos de la vulnerabilidad externa, justamente debido a que el miedo es el sentimiento que mueve a los inversionistas.

Sin embargo, explicó tres aspectos que son necesarios para emprender la reforma. El primero, sería cambiar la composición de la BVL y que no sea tan minera. Para ello, el y la deben facilitar el acceso al mercado.

"Número dos: No muchas empresas se animan a cotizar en la bolsa porque gran parte de los peruanos somos un poco 'tramposillos' y jugamos con las cifras del balance. Cuando entras a bolsa ya no puedes hacer eso, las cosas son claras. Hay muchas empresas que no lo hacen porque tendrían que desnudar sus estados financieros", afirmó.

Finalmente, el especialista llamó la atención al hecho de que las no salen a buscar clientes nuevos, sino que los captan pasivamente. De darse una búsqueda activa de clientes, se unirían mucho más participantes al mercado bursátil.